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Vender frutas y verduras envueltas en plástico: el hábito contaminante de muchos supermercados

Cada minuto que pasa, el equivalente a un camión de basura de plástico se vierte en los océanos, según datos oficiales de la ONU. Así de grave es la contaminación de plásticos en la actualidad mundial. Sin embargo, un curioso fenómeno contaminante, que carece de una verdadera justificación, se repite entre las grandes cadenas de supermercados: el empaquetamiento de frutas y verduras

Recorrer la sección Verdulería en los supermercados más conocidos de Mendoza es equivalente a encontrarse con hojas de lechuga en bandejas de poliestireno expandido, medio zapallo coreano cortado en rodajas y empaquetado en plástico, e incluso pencas de 4 bananas envueltas en papel film.

¿La razón? Algunos argumentan que es más higiénico, otros que es más cómodo, o hasta se dice que los supermercados tienen convenio con los fabricantes de plástico. Sea lo que sea, en medio de la crisis climática actual (en la que la exuberante contaminación de residuos a nivel mundial tiene un rol protagónico), ¿Se justifica generar semejante cantidad de desechos plásticos sólo para evitarnos el trabajo de pelar 3 cebollas?

Uno de los empaquetamientos más llamativos es el de los racimos de bananas con papel film.

Uno de los empaquetamientos más llamativos es el de los racimos de bananas con papel film.

En los supermercados de Mendoza se pueden ver cientos de bandejas que solo contienen una cebolla y un pimiento cortados.

En los supermercados de Mendoza se pueden ver cientos de bandejas que solo contienen una cebolla y un pimiento cortados.

Paquetes con una sola fruta que, según los vendedores del supermercado, la gente prefiere porque «son prácticos».

Por qué es importante disminuir el uso de plásticos

El circuito de “comprar-usar-desechar” que fomenta la industria del consumo es la raíz del problema de contaminación actual que sufre todo el planeta. La gran mayoría de los plásticos que no separamos terminan donde no deben, en los océanos, en la calle o en basurales a cielo abierto. Solo en Argentina, existen más de 5000 basurales a cielo abierto, según el Ministerio de Ambiente y Desarrolló Sostenible de la Nación.

Y aunque queramos creer que la basura que tiramos termina lejos de nuestra vida diaria, nada disiente más con la realidad: la ciencia ha confirmado que hay microplásticos presentes en todo lo que consumimos, desde la comida casera hasta el agua embotellada.

La omnipresencia del plástico en nuestras vidas hace necesario disminuir su uso al máximo posible, ya que los sistemas de reciclaje son escasos y no dan abasto.

Encontrar plástico en los océanos, en las montañas, en la calle y en el agua, es nocivo para todos: los animales, los seres humanos y el planeta.

El uso de plásticos en Mendoza: el problema y la solución

En este panorama de mundo plástico, Mendoza decidió decretar en septiembre de 2021 la Ordenanza n.º 4000/2020, que prohíbe la venta, el expendio y el uso de bolsas no biodegradables y de plásticos de un solo uso. Desde ese entonces hasta hoy, los mendocinos nos hemos tenido que acostumbrar, ya sea por decisión u obligación, a llevar nuestras propias bolsas de tela al supermercado. Aún así, hecha la trampa hecha la ley: todavía hay comercios que siguen vendiendo bolsas plásticas no biodegradables.

Cumplida esta normativa, ya sea de forma completa o parcial, de poco sirve si se generan más plásticos desde otros frentes, tal como el ocurre con el empaquetamiento insensato de frutas y verduras peladas.

En muchos supermercados de Mendoza se ven tomates cherry envueltos en papel film.

En muchos supermercados de Mendoza se ven tomates cherry envueltos en papel film.

El poder del cliente para eliminar el uso de plásticos en frutas y verduras

Rechazar las bolsas de plástico es una gran decisión para disminuir la contaminación de residuos en el planeta, siempre y cuando no reemplacemos ese hábito por el de comprar una penca de cuatro bananas envueltas en plástico.

En este sentido, los comentarios de un repositor de verduras de uno de los supermercados visitados, depositan el poder de cambiar esta realidad en el cliente, es decir, la demanda. Al ser consultado por las razones que llevan a los supermercados a empaquetar pocas unidades de frutas y verduras en bandejas y papel de plástico, dijo naturalmente: “A nosotros nos las traen así y la gente las compra un montón. Les gusta porque es más práctico”

La gente lo compra. Cuatro palabras explican la base de todo una rutina de despilfarro.

La solución está en el origen, porque sin demanda no hay oferta. Mientras menos personas compren esos 15 tomates cherry ahogados en plástico que luego no será reciclado, menos oferta de estos productos embalados habrá. Y cuando ya sea una minoría la que los compré, bastará solo una tanda de tomates que se pudran por el desuso para que el supermercado deje de elegir esta venta contaminante que no beneficia a nadie más que al fabricante de bandejas y papeles plástico.

Fuente: Diario UNO