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Empresas de energía eólica confían que no se alterará el desarrollo del sector

Por MARCELO BÁTIZ/TELAM

Las principales compañías de energía eólica que operan en la Argentina expresaron su confianza en que el desarrollo del sector continuará durante la futura Presidencia de Javier Milei, por considerar que se trata de «una política de Estado» que va más allá de la identidad partidaria de los gobiernos, además de favorecer el cumplimiento de acuerdos internacionales y el comercio con países de la Unión Europea.

Así lo expresaron en declaraciones a Télam el director de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Genneia, Gustavo Castagnino, el CEO de PCR, Martín Brandi, y el director ejecutivo de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), Juan Manuel Alfonsín.

«Esto no depende del resultado electoral, es inevitable que las renovables sigan creciendo», sostuvo Castagnino, en tanto para Alfonsín optar por lo contrario «sería como querer tapar el sol con las manos, porque esto no es moda, es una política de Estado que no tiene marcha atrás».

Al respecto, indicaron que los condicionamientos comerciales y crediticios impuestos por países desarrollados y organismos multilaterales son otro factor a tener en cuenta, más allá de la baja en los costos que las energías renovables experimentaron en los últimos años, que las tornaron más atractivas ante las generadas con combustibles fósiles.

Brandi indicó que la preocupación en ese aspecto excede al ambiente energético y abarca a la mayor parte del comercio exterior: «En la UIA (Unión Industrial Argentina) hay asociados que exportan a Europa y ese mercado está exigiendo normas que requieren comprar productos con una huella de carbono lo más baja posible, es decir que, si queremos seguir comerciando hoy con Europa y en el futuro con países del resto del mundo, necesitamos energías renovables».

En el mismo sentido, Castagnino remarcó que «hay una necesidad de cumplir con las metas que el país se fijó a nivel internacional, porque si las energías limpias no están disponibles para que las empresas puedan producir, vamos a tener problemas más pronto que tarde con las exportaciones».

«No nos podemos dar el lujo de perder mercado por no cumplir con ciertos estándares ambientales», agregó, para completar que «a sectores como el agro y la ganadería ya se les va a empezar a pedir ciertos estándares, por ejemplo, trazabilidad por posibles deforestaciones».

El sector de energía eólica tuvo un significativo crecimiento en la última década, y todas las fuentes consultadas por Télam coincidieron en señalar como principal impulsor a un marco normativo que fue aprobado «por unanimidad» y sostenido a lo largo de las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández «y va a continuar en las próximas administraciones, con mejoras y reglamentaciones», confió Castagnino.

El primer antecedente en legislación se remonta a septiembre de 1998 con la sanción de la ley 25.019, que declaró de interés nacional «la generación de energía eléctrica de origen eólico y solar», aunque sin un efecto inmediato en la instalación de parques.

Hubo que esperar a diciembre de 2006 para la sanción de la ley 26.190 de «Fomento Nacional para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica», pero el despegue comenzó con la ley 27.191 de septiembre de 2015, que, al establecer una serie de modificaciones a la anterior, facilitó el despegue del sector.

«La ley puso una meta de llegar al 20% de energía renovable para el 2030 y colocaba el objetivo en cabeza de los industriales», apuntó Brandi, quien recordó que «al principio era resistida por los costos, pero con el tiempo se vio que la generación renovable es competitiva y hoy voluntariamente (los industriales) contratan más allá de lo que les exige la ley».