Comienza la COP 28 con el Papa Francisco como protagonista
El papa Francisco comienza el 1 de diciembre su participación en la COP 28 la cumbre climática que se celebrará en Dubái, en Emiratos Árabes.
Es la primera vez que un papa partici pa activamente en una cumbre de este tipo y será también la primera vez que una delegación de la Santa Sede participará activamente en las negociaciones y no sólo como «observador», como ocurre en las cumbres de Naciones Unidas.
El papa mantendrá cerca de 20 encuentros bilaterales con jefes de Estado y de Gobierno y otras 10 reuniones con personalidades y organizaciones dedicadas al tema ambienta, pero aún no se ha comunicado con quien se reunirá, explicó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
Si bien no participarán los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, han confirmado que estarán el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; de Brasil, Lula da Silva; de Cuba, Miguel Díaz Canel, o de Colombia, Gustavo Petro, entre otros.
Los conflictos de intereses amenazan con hacer fracasar la cumbre. De hecho, el presidente de esta edición, Sultan Al Yaber, exministro de Estado emiratí y todavía director general de Adnoc, el gigante petrolero público de Abu Dabi, habría aprovechado su papel para iniciar negocios con delegaciones gubernamentales de países extranjeros en materia de hidrocarburos.
De hecho, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicó este mes un informe donde se revela que los gobiernos tienen previsto producir a fin de esta década, alrededor de un 110% más de combustibles fósiles de lo que sería compatible con la dicha meta de limitación del calentamiento a 1,5 ºC.
Además de su discurso y las reuniones, antes de regresar a Roma tras pasar 38 horas en Dubái, el papa participará en la inauguración del «Pabellón de la Fe» instalado en Expo City Dubai por el Centro Interreligioso para el Desarrollo Sostenible (CIDS), junto con el Consejo Musulmán de Anciano, «La Fe por la Tierra» del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y otros socios.
Se trata del primer pabellón religioso de este tipo en la historia de las conferencias de las Naciones Unidas sobre el clima y servirá como plataforma mundial para promover el compromiso religioso y el diálogo interreligioso en la aplicación de medidas eficaces para hacer frente a la crisis climática
Esta semana el papa Francisco aseguró que el cambio climático es una cuestión de «justicia intergeneracional», pues pone en entredicho el progreso de las nuevas generaciones.
Dijo que «La degradación del planeta no solamente impide una convivencia serena y armónica en el presente, sino que merma en gran medida el progreso integral de las futuras generaciones», dijo el pontífice.
Es «indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente a las vidas y a las familias de muchas personas», sostuvo el Papa.
«Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etcétera», declaró al resaltar que «la justicia, los derechos humanos, la equidad y la igualdad están fundamentalmente entrelazados con las causas y efectos de la crisis climática.
Según Francisco, «al aplicar un enfoque de justicia a la acción climática», se pueden proporcionar «respuestas holísticas, inclusivas y equitativas».
El mes de julio de este año fue el más caluroso jamás registrado, y muy probablemente el más caluroso de los últimos 120.000 años, según los científicos. Y la tendencia indica que el 2023 será el año más cálido.
Durante este año, una de cada cuatro personas en todo el mundo- unas 1.900 millones de personas- enfrentó olas de calor extremas y peligrosas impulsadas por el cambio climático. Y el 90 % de las personas (unas 7300 millones) experimentaron al menos diez días de muy elevadas temperaturas.
Así, la COP28 será una instancia crucial para la evaluación del progreso y la búsqueda de la necesaria aceleración de la acción climática.
el Papa Francisco publicó el pasado 4 de octubre una nueva exhortación apostólica, denominada Laudate Deum, como un aporte para la COP 28, y una actualización de la reconocida Encíclica Laudato Si’, de mayo de 2015.
Allí plantea que, al momento de presentar Laudato Si’, el mundo había alcanzado un máximo de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera de 400 partes por millón, pero que en junio de este año, esa cifra ya se había elevado a unas 423 partes por millón.