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El eco del océano: ¿cómo afecta la contaminación acústica a los grandes animales marinos?

La contaminación acústica en los océanos es un problema ambiental creciente que ha ido ganando relevancia en los últimos años. Este fenómeno, a menudo subestimado, tiene un impacto significativo en la vida marina, especialmente en los cetáceos, como ballenas y delfines.

Las orcas y otros cetáceos
Las orcas y otros cetáceos dependen de que el mar sea un lugar silencioso — Slowmotiongli/iStock

Consecuencias del ruido submarino en la fauna

Los océanos, que una vez fueron un reino de calma y silencio, están plagados de un ruido constante que altera el equilibrio ecológico. La contaminación acústica en el océano, generada por el turismo y la navegación de recreo, el transporte marítimo y la explotación industrial, se transmite a miles de kilómetros cuadrados. Este ruido, aparentemente nimio para los humanos, puede tener un impacto grave en la vida marina, especialmente en mamíferos marinos que dependen del sonido para aspectos críticos de su vida, como la comunicación y la orientación.

El sonido es el principal medio de comunicación y navegación para los cetáceos. La presencia de ruidos ambientales antes inexistentes obliga a los cetáceos a alterar su comportamiento natural. Aunque cada especie muestra un nivel de tolerancia diferente, en general todas experimentan mayores dificultades para coordinarse, detectar a sus presas y orientarse. Estos cambios se reflejan en la modificación de las rutas migratorias y en los patrones de buceo y alimentación, lo que puede tener efectos en cascada en sus ecosistemas.

La navegación de recreo
La navegación de recreo, como los cruceros, es una de las mayores fuentes de contaminación acústica del océano — Alexe Marcel/iStock

Al cambiar las rutas y reducir la capacidad comunicativa, la interferencia acústica afecta la formación y mantenimiento de las agrupaciones sociales necesarias para el apareamiento y la crianza de las crías; con lo cual la capacidad reproductiva disminuye.

Cuando el ruido es extremadamente intenso, se genera un gran estrés en los cetáceos, así como daños auditivos graves. Ciertos estudios, como el realizado por la investigadora Christine Erbe, del Centro para la Ciencia y Tecnología Marina de la Universidad de Curtin, Australia, han mostrado un vínculo claro entre eventos de ruido intenso, como el uso de sónar militar y actividades sísmicas, varamientos masivos de cetáceos.

Ballenas
La comunicación y las relaciones sociales de los cetáceos se ven interrumpidos por la contaminación acústica — Phillip Thurston/iStock

Iniciativas y soluciones contra el ruido oceánico

La toma de conciencia sobre la contaminación acústica en los océanos, especialmente relevante en mamíferos marinos como ballenas y delfines, ha puesto en marcha diversas iniciativas y soluciones, que buscan atenuar los efectos del ruido antropogénico submarino.

Una de las medidas, en este sentido, ha sido incluir el ruido submarino en la definición de contaminación del medio marino por parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, promoviendo medidas para su mitigación. Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha reconocido el ruido antropogénico como una amenaza emergente para la biodiversidad marina, fomentando investigaciones y mayor atención al tema. La Organización Marítima Internacional ha priorizado la identificación y el desarrollo de medidas para minimizar el ruido accidental generado por el tráfico comercial marítimo, estableciendo un Grupo de Trabajo dedicado a este propósito.

Sin embargo, hasta el momento las medidas no parecen ser suficientes. La contaminación acústica en el océano sigue siendo un problema creciente y difícil de abordar, en el cual intervienen demasiados actores, y muchos, despreocupados del problema que causan, o poco dispuestos a sacrificar parte de sus beneficios para tratar de solucionarlos.

Crucero
La navegación de recreo, como los cruceros, es una de las mayores fuentes de contaminación acústica del océano — Alexe Marcel/iStock

La iniciativa española contra la contaminación acústica en el mar

España, uno de los diez países europeos con más kilómetros de costa, ha tomado medidas proactivas para combatir la contaminación acústica. A través de políticas gubernamentales y en colaboración con organizaciones ambientales, nuestro país está liderando esfuerzos en investigación, monitorización y regulación del ruido marino.

La legislación española relacionada con la contaminación acústica marina incluye la Ley 37/2003 del Ruido, la Ley 41/2010 de Protección del Medio Marino y la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Estas leyes abordan el ruido como una fuente de impacto potencial sobre la vida silvestre y establecen la necesidad de controlar la contaminación acústica en el medio marino.

Un informe publicado en 2012 por el entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ya proponía una batería de medidas de mitigación aplicables a actividades concretas, incluyendo sonares y ecosondas, explosiones de carácter prospectivo o militar, tráfico marítimo —de turismo, recreo o transporte— o aerogeneradores.

Estela en el mar
La navegación en cualquiera de sus formas es una fuente de contaminación acústica — Yanif/iStock

Para su aplicación, se proponía la determinación de zonas de exclusión y de amortiguación, monitorización de la fauna marina, normativas que obligasen al retraso, reducción de potencia o apagado de máquinas en caso de avistamiento de fauna sensible. Sin embargo, muchas de estas propuestas siguen sin aplicarse.

La contaminación acústica es un desafío global que requiere una acción concertada. La labor de España y el compromiso mundial son pasos esenciales hacia un futuro más silencioso para nuestros océanos.

Fuente: Muy Interesante