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Las ayudas a los combustibles fósiles triplican a las inversiones en energías renovables

Luces y sombras (alargadas) llenan el informe que acaba de presentar la Agencia Internacional de las Energías Renovables (International Renewable Energy Agency, Irena), informe que revela dos datos antagónicos: (1) los combustibles fósiles han recibido 1,3 billones de dólares USA en subsidios en 2022; y (2) las inversiones en energías renovables apenas superaron el medio billón de euros en 2023. Es decir, que los gobiernos de todo el mundo siguen apostando con fuerza por las fuentes de energía que están causando el cambio climático que dicen combatir.

Dos apuntes para empezar. Estados Unidos ha fijado en 2023 un nuevo máximo histórico de producción de petróleo (máximo… por sexto año consecutivo: tres años Trump + tres años Biden), mientras que, simultáneamente, los miembros del G20 fijaban también nuevo récord (en 2022, último año con datos consolidades) en cuanto a recursos económicos destinados a apoyar… los combustibles fósiles. A saber: carbón, petróleo y gas se han llevado un billón de dólares estadounidenses en subsidios del G20, 322.000 millones de dólares USA en inversiones ejecutadas por empresas estatales del G20 y otros 50.000 millones de dólares en créditos de instituciones financieras públicas de estos veinte países. ¿Total? 1,4 billones de dólares de ayuda.

Y segundo apunte: las naciones reunidas en la cumbre mundial del clima de Dubái (CoP28) acordaron el pasado mes de diciembre alejarse de los combustibles fósiles (transition away from fossil fuels), triplicar la potencia del parque global de generación renovable (de los 3,8 teravatios actuales a los 11,1) y duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030. Eso, para empezar.

La Agencia Internacional de las Energías Renovables (International Renewable Energy Agency, Irena) acaba de publicar el informe Seguimiento de los resultados de la CoP28: triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 (Tracking COP28 outcomes: Tripling renewable power capacity by 2030). El documento repasa las luces y sombras (arriba adelantamos dos apuntes) de la transición energética en la que está embarcada el planeta. En lo positivo (la luz), destaca que el año 2023 ha fijado un nuevo máximo histórico en instalación de potencia renovable: 473 gigavatios (570.000 millones de dólares de inversión). Nunca antes fue instalada tanta potencia limpia en doce meses. A pesar de ello (y he aquí la sombra), esa velocidad de crucero está muy lejos de lo necesario para alcanzar el escenario deseado: esos 11,1 teravatios o, grosso modo, un status quo que impida que la temperatura del planeta suba más de un grado y medio Celsius respecto de la temperatura global preindustrial.

Según Irena, la evolución (a mejor) de las políticas (en muchas regiones), los cambios geopolíticos y la disminución de los costes (las tecnologías renovables son cada vez más baratas) han contribuido a impulsar la rápida expansión de las energías limpias en los mercados de todo el mundo. Sin embargo, para triplicar el parque renovable de generación (que es el compromiso adquirido en la cumbre mundial del clima de Dubai, CoP28), se requieren, según la Agencia, «esfuerzos concertados» que deben conducir a la mejora de (1) las infraestructuras, (2) las políticas y (3) las capacidades de la fuerza laboral, todo lo cual debe ser respaldado «por una mayor financiación y una cooperación internacional más estrecha». Esa es la conclusión angular del informe Tracking COP28 outcomes: Tripling renewable power capacity by 2030, presentado ayer por Irena en el Diálogo sobre Transiciones Energéticas de Berlín.

Francesco La Camera, director general de Irena: «a raíz del histórico consenso de los Emiratos Árabes Unidos sobre triplicar las energías renovables en la CoP28, estas adiciones de capacidad, a pesar de establecer un nuevo récord, indican claramente que lograr el objetivo está lejos de estar garantizado. Como agencia custodia, Irena monitorea el progreso relacionado a través de indicadores clave cada año. Y nuestros datos confirman que los avances siguen siendo insuficientes y que la transición energética sigue sin encarrilarse. Necesitamos urgentemente un cambio sistémico que se aleje de los combustibles fósiles para corregir el rumbo y mantener el objetivo de triplicar al alcance de la mano».

El informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) concluye que triplicar la capacidad de energía renovable depende de la superación de las barreras sistémicas y estructurales a la transición energética.

En concreto -apuntan desde Irena-, para 2030 se debe instalar una media de casi 1.100 gigavatios de capacidad renovable al año, más del doble del máximo establecido en 2023 (los susodichos 473 GW).

Las inversiones anuales en generación de energía renovable deben aumentar desde los 570 mil millones de dólares estadonunidenses (570.000 M$) de 2023 hasta alcanzar el billón y medio promedio 2024-2030 (en concreto, 1,55 B$).

«Necesitamos urgentemente -ha dicho La Camera- un cambio sistémico que se aleje de los combustibles fósiles para corregir el rumbo y mantener el objetivo de triplicar al alcance».

Ahora mismo hay, según los datos de Irena, 3.870 gigavatios de potencia renovable instalada en todo el mundo (3,8 teras). Y el objetivo 2030 es alcanzar los once teravatios de potencia ren (11 TW), es decir, que habría que instalar en los próximos siete años 7,2 teras. Pues bien, sergún las proyecciones con las que trabaja la Agencia, ese objetivo seguirá est

ando fuera del alcance si no se interviene con urgencia en materia de políticas. Las naciones del G20, por ejemplo, deben aumentar su capacidad renovable de menos de 3 TW en 2022 a 9,4 TW para 2030, lo que representa más del 80% del total mundial. 

Fuente: Energíasrenovables.com