“Atanor, basta de envenenarnos”: El contundente mensaje de los vecinos y Greenpeace a tres meses de la explosión
«Estamos, junto a los vecinos damnificados, exigiendo a Atanor que deje de envenenar a San Nicolás. A tres meses de la explosión en la planta, aún se desconocen las causas. Sin embargo, la dispersión de atrazina y otros compuestos tóxicos al ambiente sí fue comprobada”, afirmó Leonel Mingo, coordinador de campañas de Greenpeace, especializado en cambio climático, energía y tóxicos.
La planta de Atanor fue escenario de una explosión el pasado 20 de marzo, donde se liberó atrazina y otros compuestos químicos al ambiente. Desde entonces, Greenpeace ha estado monitoreando la situación y analizó muestras del lugar, encontrando concentraciones de atrazina, un compuesto tóxico prohibido en 37 países debido a sus efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente.
La empresa Atanor es el principal productor de atrazina del país y acumula denuncias de vecinos en San Nicolás, de organizaciones como FOMEA y reclamos en otras localidades desde hace más de una década. A pesar de una sentencia judicial el año pasado que condenó a la empresa por contaminación y la instó a implementar un plan de mejoras, hasta la fecha no se ha observado ninguna acción concreta por parte de la empresa para mitigar el daño.
Desde Greenpeace, se han documentado y constatado los niveles de contaminación, investigado los impactos, tomado muestras y escuchado los testimonios de los vecinos afectados. “La investigación realizada por Greenpeace demuestra la contaminación que Atanor genera en San Nicolás. Esta vez, fue el gobierno de la provincia quien lo confirmó. A la explosión de marzo que generó una dispersión de atrazina en el ambiente, se le suma la confirmación de que el agua está contaminada por agroquímicos (1). Hay demasiadas pruebas del terrible impacto que genera esta empresa en la comunidad”, sostuvo Leonel Mingo.
La atrazina, prohibida en la Unión Europea desde 2004 y restringida en Estados Unidos, es uno de los herbicidas más utilizados en el país. Se estima que esta sustancia puede permanecer en el ambiente hasta cien días, prolongando su efecto tóxico.“Esta situación crítica ha sido la causa por la cuál los vecinos han realizados numerosos reclamos, varios de ellos en la justicia, a lo largo de los últimos 10 años, ya que temen por su salud y la de sus familias debido a la constante exposición a los agrotóxicos liberados por Atanor”, concluye Leonel Mingo.
Fuente Greenpeace