Chile ante el reto de la sostenibilidad hídrica en la producción de hidrógeno verde
La producción de hidrógeno verde (H2V) es una oportunidad de desarrollo económico para Chile que podría posicionar al país como uno de los principales actores en la transición energética global a la descarbonización debido a sus ventajas para la producción de energías renovables.
No obstante, desde la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, afirmaron que esta actividad está marcada por el desafío de garantizar que esta industria emergente sea sostenible desde el punto de vista hídrico.
El H2V es una alternativa sostenible a los combustibles hidrocarburos y se obtiene a partir de agua y electricidad proveniente de fuentes renovables, eliminando las emisiones de carbono en su producción. Sin embargo -acota ALADYR- la disponibilidad de agua es un factor central para que esta tecnología se consolide como una verdadera herramienta de descarbonización y destacan que la industria no puede depender exclusivamente de recursos hídricos naturales.
“Aquí es donde entran en juego la desalación y el reúso de agua, dos tecnologías que, lejos de ser opcionales, se presentan como ineludibles para la sostenibilidad del H2V en un país con zonas áridas y una creciente demanda por el recurso” sostienen.
Explicaron que el consumo de agua en la producción de hidrógeno verde varía según el tipo y fabricante de los electrolizadores, siendo los más utilizados los alcalinos y los de membrana de intercambio de protones (PEM). Por ejemplo, un electrolizador alcalino de 60 kW necesita alrededor de 14,4 litros de agua para producir 1 kg de hidrógeno por hora. Esta agua debe estar ionizada y sometida a condiciones específicas de presión, lo que demandaría una alta disponibilidad del recurso y supondría una competencia con otros sectores que terminarían cuestionando la viabilidad de los proyectos.
“Sin desalación y reúso de agua, la producción de hidrógeno podría tensionar aún más la disponibilidad de los recursos hídricos convencionales. La expansión de la infraestructura de estas tecnologías es, por tanto, una prioridad para asegurar que el hidrógeno verde cumpla su promesa de ser una solución climática sin comprometer otros recursos” declaró Angélica Rivera, directora de ALADYR.
La directora agregó que la creciente apuesta por el hidrógeno verde está marcando un camino claro hacia la desalación como la fuente de agua preferida para su producción. Detalló que de los diez mayores proyectos de hidrógeno verde en el mundo -cuatro de ellos en Chile- todos han elegido la desalación como su suministro de agua.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que en 2030 se producirán 20 millones de toneladas de hidrógeno de bajas emisiones, de las cuales el 70% corresponderá a hidrógeno verde. Aunque hasta ahora solo un pequeño porcentaje de estos proyectos ha especificado su fuente de agua, se prevé que el 65% optará por el agua de mar. Este crecimiento se atribuye principalmente a los proyectos ubicados en zonas portuarias y orientados a la exportación, donde el agua de mar se considera una fuente fiable y sostenible.
Rivera apuntó que la calidad del agua es un factor especialmente importante en proyectos pequeños de menos de 100 MW, donde los electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) están ganando terreno debido a su eficiencia, aunque requieren una calidad de agua superior a los sistemas alcalinos.
“Esto representa una gran oportunidad para las tecnologías avanzadas de tratamiento de agua así que es imprescindible que la industria y las instituciones trabajen en conjunto para expandir la infraestructura de reúso y desalinización del agua porque no podemos permitir que la producción de hidrógeno verde dependa de recursos hídricos que también son vitales para la población”, sentenció la directora.
Desde ALADYR informaron que algunas iniciativas están evaluando la posibilidad de ubicar plantas de hidrógeno verde cerca de instalaciones de tratamiento de aguas residuales para diversificar las fuentes de suministro con agua residual tratada.
“Estamos enfrentando una pregunta importante: ¿estamos realmente preparados para la demanda de agua que requerirá el hidrógeno verde? La planificación y la inversión en infraestructura hídrica son urgentes. El éxito de esta industria depende de nuestra capacidad para integrar soluciones sostenibles y adaptarnos a la escasez de recursos”, concluyó Rivera.
La sostenibilidad hídrica de la producción de hidrógeno verde será uno de los temas centrales del congreso internacional que realizará ALADYR en Santiago los días 6 y 7 de noviembre, en el que participarán expertos de todo el mundo y se discutirán propuestas de proyectos que generen simbiosis entre las necesidades sanitarias de las poblaciones en lugares castigados por la sequía y la demanda de procesos industriales.