Qué es la lluvia negra, el fenómeno que podría afectar a la Argentina
Recientemente, una cortina de humo generada por incendios forestales en Bolivia, Brasil y Paraguay llegó a varias regiones de Argentina, afectando la calidad del aire y generando alertas debido a su impacto en la salud. Este fenómeno está compuesto por partículas contaminantes como cenizas y hollín, que pueden causar problemas respiratorios en personas susceptibles.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió advertencias para más de 10 provincias, incluyendo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), ya que la combinación de humo con frentes fríos podría resultar en la formación de lluvia negra. Este fenómeno ocurre cuando las precipitaciones arrastran las partículas contaminantes, ensuciando el agua de lluvia y perjudicando el entorno.
La exposición prolongada al humo puede causar síntomas como tos, dificultad para respirar e irritación ocular. Las autoridades sanitarias aconsejan limitar las actividades al aire libre y usar mascarillas adecuadas para protegerse de las partículas en suspensión.
Qué es la lluvia negra
La “lluvia negra” se refiere a la precipitación que adquiere un color oscuro debido a la presencia de contaminantes en el aire, como hollín, carbono negro o cenizas, y está generalmente asociada con la contaminación ambiental. Este fenómeno suele ocurrir en áreas con alta actividad industrial, uso extensivo de carbón o grandes incendios forestales.
Por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón son conocidas por alterar los patrones de lluvia al liberar partículas ultrafinas en la atmósfera, que luego se arrastran con las precipitaciones, causando un fenómeno similar a la lluvia negra. Estas emisiones también pueden contribuir a problemas ambientales adicionales, como la lluvia ácida, que perjudica los ecosistemas, la agricultura y la salud humana al alterar la química del suelo y aumentar la acidez del agua.
Aunque no siempre es literalmente negra, el término “lluvia negra” describe la apariencia turbia de las gotas de agua cargadas de contaminantes. Este fenómeno no solo afecta la calidad del aire y la visibilidad, sino que también puede tener efectos negativos en el medioambiente y las infraestructuras. En el contexto actual, el humo de los incendios forestales en la Amazonía, Bolivia y Paraguay está siendo transportado por los vientos hacia el sur del continente, afectando a Argentina.
Cuando el humo se combina con la humedad y los sistemas meteorológicos, se generan lluvias contaminadas que arrastran partículas peligrosas hacia la superficie. Estas precipitaciones no solo dañan el entorno natural, sino que también pueden afectar negativamente la salud humana, impactando los sistemas respiratorios, así como la piel y los ojos.
Organizaciones como la Global Alliance for Clean Cookstoves y estudios de la NASA investigaron cómo las emisiones de carbono negro, provenientes en gran parte de la quema de biomasa y de vehículos diésel, intensifican el cambio climático y alteran los patrones de lluvia. Reducir estas emisiones se considera crucial para mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire en las regiones más afectadas por la contaminación.
Cómo se forma la lluvia negra
La formación de la lluvia negra está estrechamente relacionada con la presencia de partículas contaminantes en la atmósfera, que en este caso provienen de los extensos incendios forestales que están devastando regiones del Amazonas, Bolivia y Paraguay. El humo, compuesto por cenizas y hollín, es transportado por los vientos hacia el norte y centro de Argentina, donde se mezcla con frentes fríos y humedad atmosférica. Esta combinación da lugar a precipitaciones contaminadas, que al caer arrastran las partículas, ensuciando el agua de lluvia y generando el fenómeno conocido como lluvia negra.
El Servicio Meteorológico de Brasil (MetSul) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina alertaron sobre el impacto de este fenómeno en amplias zonas del país. La masa de humo es visible en el cielo opaco y deterioró la calidad del aire. El fenómeno no solo afecta a Buenos Aires, sino también a varias provincias, y se espera que continúe e incluso se intensifique en los próximos días, especialmente con la combinación de alta humedad y frentes fríos que favorecen las lluvias contaminadas.
Aunque en este caso las partículas están asociadas a los incendios forestales, también pueden originarse de otras fuentes, como la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo), incendios forestales o emisiones industriales. Cuando las gotas de lluvia atraviesan estas partículas suspendidas, se oscurecen, dando lugar a la lluvia negra. Estos eventos pueden tener repercusiones ambientales y para la salud, ya que el agua contaminada puede arrastrar sustancias tóxicas que afectan el suelo, el agua potable y la vegetación.