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Nubes digitales: estudio revela el catastrófico impacto ambiental de los centros de datos

Investigaciones del Grupo ETC demuestran que el impacto ambiental de los gigantescos centros de datos de las Big Tech puede empeorar aún más la crisis climática mundial. Extracción de recursos naturales, residuos electrónicos y desplazamientos de comunidades son algunos de los fenómenos analizados en el nuevo informe “Detrás de las Nubes”.

Las llamadas nubes digitales, como Google, iCloud o Amazon Web Services, no son etéreas, se materializan en gigantescos centros de datos que se mantienen en base a la extracción de recursos naturales y la generación de toneladas de desechos electrónicos. Por lo tanto, es imposible hablar de tecnologías digitales sin considerar sus implicaciones para la sostenibilidad global, los derechos humanos y la justicia ambiental.

El informe “Detrás de las Nubes” desarrollado por el Grupo ETC, arroja cifras alarmantes en relación a este tema. Por ejemplo, para enfriar los servidores de sus centros de datos, Google utiliza más de una cuarta parte del agua de Los Dalles, ciudad estadounidense de Oregón. Su proyecto en Uruguay, país que enfrenta una crisis hídrica, consumiría 7,6 millones de litros diarios, la misma cantidad de agua que se necesita para llenar tres piletas olímpicas.

A su vez, los centros de datos son la columna vertebral de la Inteligencia Artificial (IA), ya que proporcionan la enorme capacidad de almacenamiento y procesamiento que estos sistemas requieren. La IA, especialmente los modelos avanzados como el aprendizaje profundo, depende de grandes volúmenes de datos para su entrenamiento y operación, lo que exige infraestructuras con servidores de alta potencia, redes rápidas y un consumo energético significativo. A medida que crece la demanda de IA, también aumenta la expansión de los centros de datos.

«Nos dicen que la nube digital es inmaterial, liviana, etérea, pero detrás de ella hay una infraestructura física voraz: un sistema intensivo en minerales críticos, agua, energía y tierras, que impacta directamente en comunidades y ecosistemas. El planeta es finito y no hay recursos para desarrollar la IA infinitamente», declaró Soledad Vogliano, investigadora del Grupo ETC.

La investigación “Detrás de las Nubes” plantea que la economía digital tiene desigualdades estructurales. Los países del Sur Global enfrentan la explotación de sus recursos naturales y reciben la mayor cantidad de residuos electrónicos, lo que genera un enorme impacto climático en sus territorios. Sin embargo, no cuentan con la infraestructura energética ni tecnológica para aprovechar plenamente el potencial de las tecnologías digitales.

Las historias de este colonialismo del siglo XXI se repiten en todo el hemisferio sur. Según el informe, en Chile la extracción de litio redujo la disponibilidad de agua dulce, lo cual afectó las actividades agrícolas y ganaderas al dejar secos ríos y lagunas en territorios indígenas. La mitad del níquel mundial proviene de Indonesia, donde ya se talaron 23 mil hectáreas de bosques tropicales para su extracción. Más del 70 por ciento del cobalto se extrae de la República Democrática del Congo, donde comunidades enfrentan desalojos forzados, violencia y explotación laboral.

Vogliano, del Grupo ETC agregó: “Si bien varios organismos de la ONU están tratando de poner sobre la mesa la cuestión regulatoria y los impactos ambientales, los esfuerzos no alcanzan. Mientras la tecnología corre a caballo del sector privado, los Estados van a pie. Debemos exigir mayor responsabilidad a las grandes empresas tecnológicas para evitar la profundización de la actual crisis climática”.