Cerró la COP27 con la promesa de reparar a los países dañados por el calentamiento global
La Conferencia de la ONU sobre cambio climático (COP27) culminó en Egipto con un histórico acuerdo por el que los países ayudarán a pagar los daños que el calentamiento global provocó en las naciones más pobres, aunque sin un plan concreto para contener la causa de esos desastres, que es el uso de combustibles fósiles, lo que despertó opiniones dispares de las ONG.
El acuerdo, firmado en la ciudad de Sharm el Sheij, sobre el mar Rojo, tras una larga negociación que se prolongó un día más de lo previsto, establece un fondo llamado de pérdidas y daños, algo que las naciones más pobres reclamaban hace años al verse como víctimas de inundaciones, sequías, olas de calor, hambrunas y tormentas a pesar de haber contribuido poco a la contaminación que calienta el planeta.
El documento final aprobado precisa que la COP27 «decide establecer nuevos acuerdos de financiación para ayudar a los países en desarrollo particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático a responder por las pérdidas y los daños» sufridos.
Como parte de esos mecanismos, los países acordaron «establecer un fondo para responder por pérdidas y daños», agrega la resolución.
«Esta COP ha dado un paso importante hacia la justicia; celebro la decisión de establecer un fondo para pérdidas y daños», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, al término de la Conferencia de las Partes (COP) número 27 desde la creación del encuentro.
Un comité de transición compuesto por 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, elaborarán durante un año los detalles sobre el funcionamiento y la financiación de este fondo, con vistas a una adopción en la COP28 a fines de 2023, un año antes del plazo previsto hasta ahora para cerrar este novedoso instrumento.
La financiación recaerá básicamente sobre los países ricos, que históricamente contribuyeron más al calentamiento global.
Una de las pistas de trabajo acordadas llama a «expandir las fuentes de financiación», lo que dejaría la ventana abierta a que países como China participen como donantes de ese fondo, una demanda expresada por la Unión Europea (UE) y Canadá.
El acuerdo de la COP27 invita también al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional a aportar «soluciones de financiación»
Pero la conferencia, en el contexto de una crisis energética mundial provocada por la invasión de Rusia a Ucrania, dejó al descubierto serias discrepancias sobre cómo el mundo debería navegar la transición de los combustibles fósiles, y se quedó corta a la hora de promover las ambiciones de COP anteriores para controlar las emisiones dañinas de gases de efecto invernadero.
«Nuestro planeta aún se encuentra en la sala de urgencias, necesitamos reducir drásticamente emisiones ahora, y ese es un tema que esta COP no confrontó», denunció Guterres sobre la falta de compromisos más concretos para cumplir el objetivo del Acuerdo de París, de mantener el calentamiento global debajo de los 1,5°C para finales de siglo respecto de los valores preindustriales.
El resultado, respaldado por casi 200 países, fue una decepción también para la UE, que había comenzado el sábado amenazando con retirarse si el texto no fortalecía la ambición de reducir las emisiones de carbono.
«Lo que tenemos ante nosotros no es suficiente, no aporta los esfuerzos añadidos necesarios para que los principales emisores aumenten y aceleren sus recortes de emisiones», declaró Frans Timmermans en la sesión de clausura y pidió al presidente de la COP27, el egipcio Sameg Shukry, que reconociera que no se supo «tomar medidas para evitar y minimizar esas pérdidas y daños».
Además, mostró su disconformidad la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, que dijo que «es más que frustrante ver cómo las medidas de mitigación y la eliminación de las energías fósiles, que deberían haberse tomado hace tiempo, son bloqueadas por algunos grandes emisores y productores de petróleo».
En coincidencia, la ministra del Medio Ambiente de Maldivas, Aminath Shauna, denunció que durante las últimas dos semanas habían «dejado claro que la ambición de mitigación era una piedra angular de nuestros resultados aquí en la COP27» y agregó: «Estoy descorazonada porque no lo hemos conseguido».
La ministra de Transición Energética de Francia, Agnes Pannier-Runacher, por su parte, indicó que era «una verdadera decepción» dado que «no se obtuvo ningún avance en la necesidad de hacer mayores esfuerzos para reducir los gases de efecto invernadero y abandonar los combustibles fósiles».
Por el contrario, para la ministra para el Cambio Climático de Pakistán y presidenta del poderosos grupo G77+China, Sherry Rehman, el resultado «es positivo» y la creación del fondo «es claramente un anticipo de la inversión a largo plazo en nuestro futuro común y una inversión en la justicia climática».
En consonancia con el espíritu de Rehman, Molwyn Joseph, ministro del Medioambiente de Antigua y Barbuda, quien preside la organización de pequeños estados insulares (Aosis), describió el acuerdo como una “victoria para todo nuestro mundo”.
Las ONGs también mostraron discrepancias, mientras que Ecologistas en Acción y Greenpeace tildaron de «histórica» la decisión de crear un fondo, lamentaron que en este final «agónico» no se lograran avances en la reducción de emisión de gases.
En tanto, la coalición internacional de ONG aglutinada en el movimiento 350.org denunció que se suponía que esta fuese la «COP de la implementación», pero que por las fuertes influencias de la industria de los combustibles fósiles, sumadas al papel de la Presidencia egipcia, de Estados Unidos, la Unión Europea, China, los países del Golfo y de Japón «no se ha logrado cumplir».
«Los avances en pérdidas y daños son testimonio del increíble trabajo de la sociedad civil de los países más afectados, pero sin una eliminación gradual de los combustibles fósiles, estamos poniendo al mundo en el camino de más pérdidas y daños. Aquí es donde la COP ha fallado», apostilló la directora ejecutiva de 350.org, May Boeve.