Denuncian a un gigante de la industria alimenticia ante la Justicia por contaminar con plásticos
Tres ONG denunciaron a Danone ante la Justicia francesa, con el objetivo de obligar al grupo de lácteos y aguas a que modifique su política sobre el uso de plásticos y reduzca su utilización para tener un impacto positivo en el medioambiente.
En su denuncia, Surfrider Europa, ClientEarth y Zero Waste Francia reclaman que Danone sea condenada a publicar un nuevo plan de vigilancia que integre “una trayectoria de desplastificación”, bajo la amenaza de una multa de 100 mil euros por cada día que incumpla la ley.
Dato no menor, a través de su página web, Surfrider Europa recuerda que la empresa está obligada a publicar cada año un plan de vigilancia para explicar cómo atenúa los riesgos y previene los daños graves al medioambiente o a la salud o a la seguridad de las personas como consecuencia de su actividad, sin embargo, no lo hace.
“A pesar de los riesgos del plástico para el medioambiente y la sociedad”, que se aprecia en el informe de 2021 acerca del uso de ese material, esto no aparece como uno de ellos. Así, la ONG estima que “Danone no respeta sus obligaciones legales”.
Por otro lado, según el movimiento Break Free From Plastic, Danone es “uno de los principales contaminadores de plástico mundiales” y se ha convertido en “el contaminador número 1 en Indonesia, España y Túnez”.
En este sentido, las tres ONG denunciantes desconfían de los compromisos de Danone, como su objetivo de que para 2025 el 100% de los embalajes de plástico que utilice se podrán reciclar, reutilizar o ser objeto de compostaje.
Respuesta de Danone a las denuncias
La empresa, en una respuesta dada a esas organizaciones, cuestiona “el conjunto de las críticas”, pone el acento en que la seguridad alimentaria es una de sus prioridades y en que el plástico es uno de los materiales más seguros para proteger los alimentos y para su conservación.
También afirma que desde 2016 ha asumido compromisos para suprimir embalajes y favorecer modelos de consumo como la reutilización y la consigna.
Entre 2018 y 2021, dice haber reducido en un 12 % la utilización de plástico (equivalente a 60.000 toneladas). En su negocio de aguas minerales, asegura que más de la mitad de las que vende en el mundo van en recipientes reutilizables.
Qué es el greenwashing
¿Realmente todas las empresas que dicen ser ecológicas lo son? La respuesta es negativa. De hecho, muchas corporaciones utilizan el marketing para fingir ser sustentables cuando no es así.
En este sentido, el “greenwashing” supone una mecánica similar dentro de lo que son las políticas ambientales y que es utilizado muchas veces por las grandes empresas, como podría ser en este caso, Danone.
En las últimas décadas, la toma de consciencia de lo que sucede con nuestro planeta y con las especies que lo habitamos, empezaron a tener resonancia en los medios de comunicación, y en las redes sociales más precisamente.
Esto obligó a muchas compañías de diferentes ámbitos a tomar medidas rápidas y eficientes para frenar la contaminación que podrían producir sus productos y servicios. Sin embargo, pese a las buenas intenciones de algunos emprendimientos, otras grandes corporaciones del mundo aprovecharon esta coyuntura para construir un discurso aparentemente amigable con el medioambiente y, de esta manera, “ocultar” sus verdaderas intenciones.
Hablamos de empresas que ponen en marcha una serie de medidas “sustentables” superficiales para “maquillar” los procesos de producción reales que finalmente siguen siendo perjudiciales para el ecosistema y que ellos mismos se encargan de llevar a cabo.
¿Cómo detectar los trucos del greenwashing en empresas?
Las compañías que recurren al greenwashing conocen perfectamente cuáles son aquellas medidas o políticas que pueden mejorar la calidad de nuestro ecosistema, sin embargo, no está dispuestos a realizar una inversión económica que requiera tal cambio.
Para detectar a tiempo estas prácticas y no entrar en la trampa de la “falsa sustentabilidad” de estas compañías, habría que observar y analizar con detenimiento las frases “vacías” o incluso “de cotillón” que utilizan.
Como se decía anteriormente, el exceso del color verde u oraciones como “no testeado en animales” son piezas de las que se sirven mayormente para llevar a cabo sus artilugios.
“Las estrategias de estas empresas tienen que ver con dar una imagen simple sin mucha información detrás. Suelen utilizarse imágenes que sugieren una relación con la naturaleza en conjunto con un lenguaje ambiguo y confuso”, destaca Clara Molteni, en diálogo con Economía Sustentable, algunas semanas atrás.
“Se pueden dar afirmaciones tales como: ‘100% natural’ o ‘respetuoso con el ambiente’ o la utilización del prefijo ‘bio’ delante del nombre del producto, dando una idea que es algo natural”, añade.
“Sin el respaldo de organismos oficiales el consumidor no puede comprobar la veracidad de dichas afirmaciones. En cuanto a las empresas que ofrecen servicios y no productos, se pueden ver mecánicas como afirmar que son una empresa ‘verde’ sin dar mayor información sobre las acciones y políticas que tomaron para posicionarse como tal”, concluye.
Fuente: EconoSus