Mortalidad de peces en una «Maravilla Natural», Formosa, Argentina
Escribe Alejandro Brown, Presidente Fundación ProYungas; Coordinador Proyecto “Pilcomayo Área de Gestión Compartida” (FFEM-UE).
El Bañado La Estrella y el Río Pilcomayo que lo forma en sus crecidas estivales, constituyen uno de los lugares más emblemáticos de nuestro país, un sitio donde naturaleza y comunidades tradicionales indígenas (pilagás, tobas, wichies, nivaclé) conviven y sobreviven. Sin duda este sitio que fuera seleccionado durante el año 2018 como una de “las 7 maravillas naturales de Argentina” representa un área de extraordinaria riqueza y abundancia de aves y ha sido noticia por una gran mortalidad de peces, asociado esto a una combinación negativa entre condiciones ambientales límites y problemas humanos de gestión del agua.
Las mortalidades de peces no son eventos raros, ni aquí ni en diferentes lugares de la cuenca del Plata, de donde el Río Pilcomayo forma parte. Estos eventos, algunos de gigantesca magnitud ocurren por distintos factores, siendo los más importantes la sequía y reducción de los cuerpos de agua, las altas temperaturas (a veces las bajas temperaturas también) y en general una combinación de ambas, es decir cuerpos de agua empequeñecidos y aislados y aumento de la temperatura de agua que aumentan las condiciones de hipoxia.
El Bañado La Estrella representa un conjunto de hilos de agua que se anastomosan y reúnen en grandes espacios inundados y lagunas interconectadas, siendo su máxima carga de agua en mayo cuando se acumula el agua proveniente de las lluvias estivales de las Yungas del sur de Bolivia ocupando más de 400.000 hectáreas. A partir de ese momento el agua va reduciendo su volumen hasta un mínimo que se inicia en los meses de septiembre y octubre, a la espera del inicio de las lluvias, que ocurren a partir de mediados de noviembre habitualmente. Este año el Gran Chaco ha sido particularmente seco y la mayoría de las cañadas, lagunas y bañados se han secado o reducido considerablemente. El Bañado La Estrella no ha sido la excepción y a un brazo del “Arroyo El Salado”, que estaba quedando aislado por la reducción del agua, el avance de los totorales y demás vegetación acuática, se le sumó el desafortunado cierre de una compuerta que completó la tarea, generando la situación por todos ya conocida.
El Chaco es una región conocida por su variabilidad climática, años húmedos son seguidos de años secos y a veces se sufre una seguidilla de años secos que llevan a las poblaciones y a la naturaleza situaciones críticas. Este año es uno de ellos, no el peor pero claramente limitante.
La actual situación debe poner de relieve que el futuro ambiental de la región está asociada a una necesaria y eficiente gestión del recurso agua. La Provincia de Formosa dio un importante paso en ese sentido declarando a toda el área como “Reserva de Recursos Hídricos”. A esta declaración debemos sumar mejoras significativas en la gestión del agua para que los pueblos como Lomitas, Pozo del Tigre, Ibarreta, Pirané, sigan recibiendo la necesaria dotación de agua, pero que ello no implique poner en riesgo una parte de su biodiversidad.