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Buenas perspectivas para el comercio entre Argentina y Líbano

La Cámara de Comercio Argentino Libanesa inició su Ciclo de Encuentros Empresariales 2021 para impulsar una plataforma de promoción de negocios entre Argentina y el Líbano hacia Medio Oriente y el mundo, a través de su red Libaneses en el Mundo. El Presidente de la Cámara, Gabriel Aramouni, señaló que “los libaneses heredamos la tradición fenicia de miles de años de historia que nos definen como emprendedores y generadores de sólidos vínculos comerciales, económicos, sociales y culturales. A través de la red que estamos promoviendo, buscamos cooperar con el crecimiento de las exportaciones argentinas a esos importantes mercados internacionales”.

El primer encuentro estuvo centrado en señalar algunas características del comercio internacional en el escenario post pandemia, qué estrategias deben adoptar los países que quieran crecer en comercio exterior y qué oportunidades ofrece el mercado de Medio Oriente para Argentina. Este destino representa alrededor del 7% del total exportado al mundo, que se tradujo en unos 4.000 millones de dólares en 2020, y se proyectan ventas por 4.500 millones para este año. La mayor parte de la oferta argentina está compuesta por agroproductos primarios y con valor agregado y, en forma creciente, también por otros bienes no tradicionales, como medicamentos, instrumental médico, maquinarias y herramientas y diversos artículos para sanidad animal.

Marcelo Elizondo, consultor en negocios internacionales, señaló que “hay muchas transformaciones en el comercio internacional y la pandemia actuó como acelerador de ciertos cambios que ya se estaban gestando. En primer lugar, se dinamizó el avance tecnológico, lo que trajo modificaciones en los modos de producir y de comercializar”. En este sentido, Elizondo puso énfasis en la economía del conocimiento, que acompaña la aparición de demandas diferenciadas: “Las trabas arancelarias ya no son tan relevantes en el comercio exterior. Ahora hay más exigencias sobre las condiciones sanitarias, productivas, ambientales y laborales en las que se produce cualquier bien o servicio, en consonancia con las nuevas tecnologías como el blockchain o la trazabilidad. Entran también en juego los atributos de los productos y otros factores como los religiosos o culturales”.

El Líbano y Medio Oriente en general, son destinos que presentan muchas oportunidades para las Pyme y las economías regionales”, continuó Elizondo, “existe abundante demanda de productos que podemos ofrece, y no es necesario contar con gran escala para abastecerla. Se debe desarrollar un ecosistema de arquitecturas vinculantes, esto es, alianzas entre Pymes que sumen su oferta, o se complementen como bienes + servicios, o tangibles + intangibles. Al mismo tiempo, contar con aliados como la Cámara Argentino Libanesa, que conocen el mercado, lo entienden y pueden brindar asistencia técnica y acompañar el landing en el destino”.

El especialista también señaló que hay otra tendencia en el comercio internacional relacionada con la apertura en términos temáticos: “todo está vinculado. Ya no hay que manejarse con nichos sectoriales. Para eso hay que desarrollar mayor capacidad exportadora en las empresas argentinas. El comercio internacional anticipa una recuperación muy fortalecida y se prevé un crecimiento del 8% para 2021.”

Leonardo Sarquis, ex Ministro de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, señaló que 7 de cada 10 dólares que ingresan al país provienen de exportaciones de productos relacionados con el agro y que más del 25% son de economías regionales y producciones locales. “Medio Oriente requiere por ejemplo frutos secos, legumbres, lácteos, yerba y las Pymes pueden responder a esa demanda”, manifestó Sarquis, “pero hay que subirse al tren de la innovación. En el mundo hay fondos por un total de US$ 800.000 millones destinados a financiar proyectos innovadores vinculados con la bioeconomía, que hoy abre muchas oportunidades. Debemos apoyar y adoptar las agtech, las startups relacionadas con la eficiencia y la producción, que hoy dan la posibilidad de trabajar en microambientes”.

Según Sarquis, el comercio internacional tiende a focalizarse con nuevos parámetros y modelos de producción, donde se exige calidad sanitaria, control de huella de carbono y producción con trazabilidad. “Si bien la pandemia parecía restringir la demanda de alimentos, luego de agosto 2020 se recuperó rápidamente, y con nuevas exigencias”, subrayó ante referentes empresarios, autoridades oficiales, exportadores y representantes de asociaciones de la comunidad libanesa presentes en este primer encuentro. “Debemos ser competitivos y dejar de decir que somos un país productor y exportador de agroalimentos, para empezar a serlo en serio. Para ello debemos contar también con una coherencia en cuanto a reglas claras, políticas consistentes y seguridad jurídica.  En este sentido, la participación público- privada es clave, ya que ninguna de las partes puede alcanzar estos objetivos por su cuenta.”

Argentina tiene que posicionarse en el mundo con mayor apertura y asociarse a bloques que nos den oportunidades, como el Medio Oriente. Debemos exportar más y lograr mayor participación de las Pymes, apoyándolas y fomentando el agregado de valor”, indicó.

Siguiendo esta línea, Aramouni destacó “la nueva globalidad demanda visión estratégica para capitalizar las oportunidades concretas de expansión de nuestro comercio exterior a Medio Oriente y al mundo, permitiendo así incrementar sensiblemente nuestro nivel de exportaciones. La red de la Cámara de Comercio Argentino Libanesa trabaja activamente con estos objetivos.”