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Guía para entender la cita COP26 en Glasgow, la cumbre climática definitiva

Desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre, delegaciones de casi 200 países se reunirán en Escocia, en concreto en Glasgow, para tomar acciones que frenen la emergencia climática. Por la pandemia del virus Covid-19, esta cumbre organizada por la agencia de la ONU para el Medio Ambiente, tuvo que ser aplazada un año y programada de nuevo para este 2021.

La COP26 –Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático– consta de varias partes. Iniciará con el encuentro de los mandatarios del mundo, y en su segunda semana se concentrará en la negociación de los compromisos que se adquirirán individual y globalmente.

Lo que se espera para esta edición es que todos los países, incluida China, se sumen a la meta de reducir los gases de efecto invernadero para 2030 y las cero emisiones de carbono netas –’Net Zero’– para 2050 (es el caso de Arabia Saudita, que asegura que hará lo propio en 2060).

También se esperan compromisos sobre la eliminación del carbón como fuente de energía, incentivar el uso de automóviles eléctricos y fondos para la protección de los ecosistemas y la biodiversidad.

A esta cita se prevé que asistan 25.000 personas de todos los rincones del planeta, siendo uno de los eventos más masivos en plena epidemia global, aunque no exento de críticas por su poca representación en relación al género y a las naciones del sur.

La vocera del primer ministro para la COP26, la británica Allegra Stratton, definió el éxito de la cumbre si «al final todos sienten que ‘1,5’ –la meta de temperatura– se mantiene vivo»: «Para llegar allí debemos demostrar que hay un impulso, un progreso real en carbón, autos, dinero y árboles».

Más que la COP21 de París, que logró definir el ‘1,5’

La COP21, realizada en Francia en 2015, es considerada como la primera de la que surgieron compromisos reales y concretos de parte de todos los países firmantes. Allí se acordó que se deben reducir las emisiones de carbono para evitar el calentamiento global, por lo que se debe controlar y limitar la temperatura a menos de 2 grados, pero idealmente hasta 1,5 grados centígrados.

Los firmantes también acordaron metas nacionales para reducir los gases de efecto invernadero a 2030. Y fue tan significativo, que entre las primeras decisiones de la presidencia de Joe Biden estuvo el regresar al Acuerdo parisino, del que se había negado el otrora mandatario Donald Trump.

Por lo que en Glasgow se presentará la primera oportunidad de evaluar el desempeño de cada país firmante en esta meta colectiva de salvar la Tierra.

Sin embargo, expertos han advertido que, si los gobiernos no actúan ya, será muy tarde e imposible alcanzar la primera meta de reducción de emisiones para 2030 y, por ende, cero emisiones a 2050. Así que se espera que en la declaración de Glasgow –cuando se cierre la cumbre y la larga negociación–, esta recoja avances suficientes y una hoja de ruta tan seria que sea realmente un punto de «inflexión».

Apoyo ambiental para los países en desarrollo

Los grandes contaminantes o los que más emisiones generan son las naciones más industrializadas. Por lo que todos los ojos en Glasgow estarán sobre los movimientos de China, que no se ha adherido al Acuerdo de París.

Es muy importante que la nación asiática, la que más emisiones de CO2 (de dióxido de carbono) produce, asuma su responsabilidad y se incorpore a los compromisos globales.

En esta línea, también es urgente el compromiso político de India –otro de los grandes contaminantes de emisiones– hacia el calentamiento global.   

Los países del grupo de los siete (el llamado G-7), las economías y democracias más grandes del mundo, que reúnen la mitad de la economía total, han acordado reducir las emisiones a cero para el 2050: «En torno a un 70% de la economía mundial está alineada con los objetivos de crecimiento a cero», dice el presidente de la COP26, Alok Sharma.

Aunque contaminan menos, los países en desarrollo también deben asumir los retos de protección del medio ambiente, solo que requieren el apoyo y los recursos de los países más ricos. Así que será una oportunidad para que las poblaciones más vulnerables a los efectos del cambio climático reciban un espaldarazo.

«Ahora es el momento de que todos actuemos, pero en particular para los mayores emisores, las naciones del G-20 y los países desarrollados que prometieron financiación para apoyar a los países en desarrollo, también deben dar un paso al frente», le dijo a la BBC John Kerry, enviado especial para el cambio climático de Estados Unidos.

Cero palabras, sino el compromiso definitivo

Al ser la cumbre de la que se espera un avance firme, France 24 preguntó a varios expertos de diferentes sectores cuáles deberían ser los objetivos y qué se puede esperar de la cita de Naciones Unidas. El primero, el secretario general de Ciudades Capitales de las Américas frente el Cambio Climático, Sebastián Navarro:

«Un incremento sin precedentes de los precios del carbono cuando el mundo entra en su fase de penalización de la contaminación mandatoria. Grandes anuncios del sector financiero, que ya ha decidido ir a la descarbonización de sus portafolios; y que varios sectores como el automotriz aceleren su proceso de conversión hacia coches eléctricos sin emisiones, con el 2035 como fecha final de la prohibición de movilidad basada en combustibles fósiles».

«Este es el momento en que los países deben venir y hacer compromisos firmes para llegar al ‘cero neto’. Han pasado cinco años desde el Acuerdo de París, aquí es donde tienen que llegar con los acuerdos legalmente vinculantes para llegar a ‘cero neto’ para 2050 o antes. También es muy importante que el dinero esté disponible, y estén destinando cientos de miles de millones de dólares al año a ayudar a los países en desarrollo a descarbonizarse», afirmó por su parte el director del Energy Transition Institute de la Robert Gordon University, Paul de Leeuw.  

«Creo que el objetivo debería ser también llegar a un acuerdo sobre un impuesto global al carbono, lo suficientemente sustancial como para proporcionar los fondos para la transición a un ritmo rápido y para finalmente frenar los combustibles fósiles, y al mismo tiempo incentivar a otras industrias de alto nivel de emisiones a utilizar las soluciones tecnológicas que tienen disponibles, pero no se atreven a utilizarlas debido a criterios económicos», aportó el director de Aberdeen Climate Action, Erik Dalhuijsen.

La COP26 será una cumbre en la fría y grisácea Glasgow. Pero lo que se decida aquí será fundamental, no solo para el futuro y la existencia del planeta, sino para cada persona.

Las intensas lluvias, las sequías y las olas extremas de calor son un llamado que debe ser atendido por cada persona de manera urgente.

Fuente: France24.com