Cómo las ciudades pueden ser parte de la solución para mantener las especies en peligro de extinción
Si bien se viene una expansión urbana proyectada de hasta 1,53 millones de kilómetros cuadrados en las próximas tres décadas que amenaza la supervivencia de más de 800 especies, según un estudio, las ciudades podían ser la solución y no el problema a la cuestión ambiental.
Así lo alertó un nuevo informe dirigido por investigadores de la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Yale (YSE). ¿Cómo? Con un enfoque en la planificación urbana que proteja los hábitats puede mitigar el impacto, apuntaron.
En los próximos 30 años, se prevé que la población urbana mundial aumente en 2.500 millones de personas y se espera que gran parte de esta expansión urbana se produzca en puntos calientes de biodiversidad -zonas ricas en especies que corren un alto riesgo de destrucción debido a la actividad humana-, poniendo en peligro una gran variedad de especies, muchas de las cuales ya están amenazadas de extinción.
Según el nuevo estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, se prevé que la expansión suponga hasta 1,53 millones de kilómetros cuadrados de nuevos terrenos urbanizados, lo que supondrá una amenaza directa para 855 especies.
Ciudades con mayor ameneza
El estudio identificó las ciudades con puntos calientes cuyo crecimiento se prevé que tenga un impacto especialmente grande en los hábitats de las especies. Muchas de estas ciudades se encuentran en regiones ecuatoriales en las que el crecimiento urbano coincide con hábitats biodiversos.
Las ciudades que suponen una mayor amenaza para las especies debido a su expansión se encuentran predominantemente en las regiones tropicales en desarrollo del África subsahariana, Sudamérica, Mesoamérica y el Sudeste Asiático.
Las especies clasificadas como “amenazadas” en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza están desproporcionadamente representadas entre las especies más afectadas.
Por lo contrario, los autores afirman que centrar los esfuerzos mundiales en minimizar el impacto en los hábitats de estas regiones en crecimiento puede ayudar a conservar y proteger las especies.
¿En qué se basaron? En los datos del Mapa de la Vida de Yale, una colección de datos sobre la distribución de las especies que se utiliza para supervisar, investigar y crear políticas de protección de las especies en todo el mundo.
También utilizó un conjunto de proyecciones sobre el uso del suelo recientemente desarrollado para evaluar la futura pérdida de hábitat por la expansión del suelo urbano para más de 30.000 especies terrestres en todo el mundo. El estudio mostró que la expansión del suelo urbano es un factor importante de pérdida de hábitat para un tercio de ellas.
¿La solución?
“Las ciudades son en realidad parte de la solución. Podemos construir las ciudades de forma diferente a como lo hemos hecho en el pasado. Pueden ser buenas para el planeta; pueden salvar especies; pueden ser centros de biodiversidad y salvar terrenos para la naturaleza”, explicó Karen Seto, de la Escuela de Medio Ambiente de Yale y coautora del estudio.
El estudio constató que los mayores impactos sobre las especies no proceden de las mayores ciudades del mundo, sino de las zonas urbanas que tienen una gran cantidad de especies endémicas y cuya expansión puede destruir los hábitats. Y estas zonas se están urbanizando rápidamente.
“Uno de los objetivos del estudio era identificar aquellas especies, no sólo amenazadas, sino específicamente amenazadas por el desarrollo del suelo urbano. Creo que el ciudadano de a pie es muy consciente de la crisis climática ahora, pero no estoy seguro de que sea consciente de la crisis de la biodiversidad”, remarcó Rohan Simkin, de YSE.
A su vez alertaron que entre los obstáculos para contener la expansión urbana se encuentran las presiones económicas, las estructuras de gobierno y la conciencia de la importancia de los hábitats y la conservación de la biodiversidad. “Es más fácil construir hacia fuera, no hacia arriba”, apuntó Seto.
Las especies más presionadas por la expansión se concentran en zonas que van desde el centro de México hasta Centroamérica, el Caribe, Haití, Nigeria, Camerún, Sri Lanka, Indonesia, Malasia, Tailandia, Brasil y Ecuador.
Cabe destacar que el estudio se presenta en el momento en que la 15ª Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas se prepara para reunirse en abril y decidir el nuevo marco de conservación de la biodiversidad para después de 2020.
Fuente: economiasustentable.com