La producción en un contexto sustentable fue centro de debate en el Congreso Brasileño de soja
La “Productividad con sustentabilidad: Fundamentos teóricos y prácticos del manejo del suelo y la nutrición de las plantas”, fue analizada en el marco del IX Congreso Brasileño de Soja y Mercosoja 2022, que se desarrolló en la ciudad brasileña de Foz do Iguazú, la semana pasada,
En el arranque estuvo el Dr. Pablo Calviño, consultor de empresas en Argentina y otros países del Mercosur, quien se refirió a los modelos de producción de Argentina, marcando el cambio que se está dando de un modelo de país productor de granos a productor de alimentos.
Calviño caracterizó a la producción en las principales regiones sojeras del país resaltando la necesidad de mantener la calidad de los suelos a partir de la incorporación de carbono, marcando especialmente la importancia de incrementar la rotación con gramíneas y de cultivos de cobertura.
En este sentido recordó la incorporación del maíz tardío en los sistemas, y las condiciones que se dieron a partir del 2015 con menos retenciones a las exportaciones de trigo y maíz, que facilitaron la incorporación de estas dos gramíneas generando una reducción del área del cultivo de soja.
El especialista también abordó la cuestión de las brechas de rendimiento de soja estimadas en un 32% de diferencia entre los rendimientos que se alcanzan y los que se podrían alcanzar. En este orden indicó que la fertilización debe ser una estrategia para su reducción, y alertó por el bajo uso de fertilizantes, que está, en promedio, en alrededor de 5 kg de fósforo y 2 ó 3 kilos de azufre por hectárea.
Para achicar la brecha apuntó que se debe hacer una producción más sustentable con tecnologías de procesos. Dentro de la tecnología de procesos propuso avanzar desde la agricultura por ambientes al manejo de los microambientes. Para cerrar mostró los números de un campo de Tandil en el cual, a partir de la ambientación, se incrementó el ingreso neto de la propiedad en 28%, con un aumento en los niveles de carbono de los suelos, mejoras en el balance de nutrientes y un cambio hacia los fitosanitarios de banda verde.
El segundo disertante fue la Dra. Sandra Fontoura, de la Fundación de Pesquisa Agropecuaria del Estado de Paraná, Brasil, quien presentó los trabajos de calibración de ambientes realizados en la zona de Guarapuava, con una importante ganancia en los rendimientos de los distintos campos en donde se experimentó un incremento en la fertilización y en el encalado de los suelos, caracterizados como ácidos y muy pobres de fósforo.
En relación a la fertilización, la investigadora describió cómo se generó la información para la calibración del análisis de suelo estableciendo los niveles deseables de fósforo extraíble en 16 partes por millón y los de potasio en 0.2-0.3 miliequivalentes por cada 100 g. También demostró la necesidad del nitrógeno (N) para el cultivo de soja, el cual debe abastecerse vía la inoculación, debido a que en esa zona del estado de Paraná la fijación biológica de N contribuye con más de 60% al abastecimiento del cultivo.
Fontoura finalmente destacó la importancia de la inclusión de rotaciones de soja con maíz de verano –en esa zona no se puede hacer maíz safrinha que se hace en Brasil en invierno.
El panel lo cerró el consultor Nelson Horowitz. Su presentación se basó en la necesidad de nutrir la soja con azufre (S), y describió las distintas fuentes de S que hay disponibles, haciendo foco principal en el azufre elemental.
Horowitz indicó que la fertilización con S debe concretarse a partir del análisis de suelo y que, cuando se utiliza S elemental, debe tenerse en cuenta la tasa de oxidación, la tecnología de fabricación, la importancia de los microorganismos en el proceso de oxidación y el sistema de aplicación.
En el sur de Brasil, el azufre elemental presenta ventajas desde el punto de vista logístico, pero tiene desventajas desde lo agronómico porque para ser absorbido por las plantas debe ser oxidado a sulfato, que es la forma con la cual las plantas absorben este nutriente tan importante para soja y otros cultivos en Brasil y en Argentina.