Geopolítica de los alimentos, población mundial y demandas crecientes hasta 2100
Por Fernando Vilella para Mitre y el Campo.
Somos 8.000 millones de personas en el planeta a partir de esta semana, los últimos mil millones se sumaron en solo un poco más de 10 años. Luego de muchos miles de años en 1804 se había llegado a los primeros 1000 millones. En 1960 éramos 3.000 millones y a comienzos de este siglo se duplicó llegando a 6000. Todos y cada uno de los humanos nacidos en cualquier momento tienen entre otros derechos el de acceder a una alimentación y ambiente sanos y lograrlo será cada vez más complejo y urgente.
Varias son las razones de este acelerado crecimiento, las más importantes son una mejora en la medicina y en la alimentación. Por ambas se viven más años bajando la tasa de fallecimiento, especialmente en bebés y niños y aumentan los años vividos. Esto se combina con una persistente alta tasa de nacimientos por madre en los países más pobres. Para hacerlo más gráfico en las dos horas que dura el programa habrán nacido aproximadamente 30.000 niños y fallecido 15.000 personas incrementando en 15.000 las personas en el planeta equivalente a unos casi 70 millones en el año. Por esta y las razones que expondremos para la geopolítica de los alimentos debe considerar un rotundo cambio de escenario.
Ese crecimiento continuará, pero con características diferenciales. Según Naciones Unidas, los países con las tasas más altas de consumo y emisiones son aquellos donde el crecimiento demográfico ya es lento o incluso negativo, mientras que la mayor parte del crecimiento de la población mundial ocurre en los países más pobres, que tienen tasas de emisiones significativamente más bajas, pero que sufren de manera desproporcionada los efectos del cambio climático. Actualmente, dos tercios de la población mundial vive en un entorno de baja fecundidad, con menos de 2,1 nacimientos por mujer. En cambio, el crecimiento de la población se concentra cada vez más entre los países más pobres del mundo, la mayoría de ellos en África subsahariana.
Se prevé que durante la década de 2080 se alcance un pico de unos 10.400 millones y que se mantenga en ese nivel hasta 2100. Alrededor del 70% de los últimos mil millones añadidos fue en países de renta baja y media-baja y el 90% de los próximos mil será en ellos. De aquí a 2050, el aumento mundial de la población menor de 65 años se producirá íntegramente en los países de renta baja y media-baja, ya que el crecimiento de la población en los países de renta alta y media-alta se producirá únicamente entre los mayores de 65 años.
Más de la mitad del aumento de la población mundial previsto hasta 2050 se concentrará en ocho países: Egipto, Etiopía, India, Filipinas, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo y Tanzania. Se espera que los países del África subsahariana contribuirán con más de la mitad del crecimiento de la población mundial previsto hasta 2050.
Entre los países más poblados habrá grandes cambios, India en un par de años será el más poblado, llegará a 2100 sin gran crecimiento llegando a los 1447 millones semejante al actual China, solo que China perderá 400 millones cayendo a 1000. En tercer lugar, estará Nigeria con casi 800 millones, cuarta los EEUU, y entre los 10 más poblados 5 serán africanos (Nigeria, R.D. Congo, Etiopía, Tanzania y Egipto), 4 asiáticos (India, China, Pakistán, Indonesia). Entre los 24 que tendrán 100 millones o más se les agregan otros 6 africanos (Angola, Níger, Sudan, Uganda, Kenia y Mozambique) 3 asiáticos (Bangladesh, Filipinas e Irak) y dos americanos (Brasil y México) y solo Rusia como euroasiático. África con 11 de 24 es el más numeroso.
Una característica común a esos 24 grandes países es que hoy de todos ellos sólo 2 tienen excedentes relevantes de alimentos, los EEUU y Brasil. Varios subsaharianos además estarán tensionados por el cambio climático lo que prevé fuertes presiones tanto en la demanda de alimentos como en las migraciones masivas de personas expulsadas por hambre.
Frente a estos desafíos se requiere una visión compartida con quienes pueden ser parte de la seguridad alimentaria global y allí los países del MERCOSUR son centrales y con una responsabilidad que asumir. Hay un gran espacio para la integración con África. El premio Nobel Rattan Lal dijo en la primera “Cumbre África-Américas sobre Sistemas Agroalimentarios” que “África tiene la capacidad y los recursos para convertirse en la canasta de alimentos al mundo y el continente americano puede ayudarla a lograrlo”, fue en San José, Costa Rica, a ministros, viceministros y altos funcionarios de Agricultura, Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología de 40 países. Desde diciembre de 2020, Lal y el IICA ya han obtenido valiosos resultados en distintos países de América Latina y el Caribe a través de la iniciativa “Suelos Vivos de las Américas”, que ha articulado esfuerzos públicos y privados en el combate a la degradación de los suelos, un fenómeno que amenaza la producción de alimentos y la seguridad alimentaria en todos los países con sistemas poco sostenibles.
El especialista consideró que el trabajo realizado por su equipo junto al IICA puede ser de gran utilidad para el continente africano: “Sería un privilegio poder ayudar junto al IICA. África y Sudamérica estuvieron juntas hace millones de años y se separaron por movimientos geológicos, pero hoy podemos crear un puente y trabajar juntos para implementar un plan que aumente su producción de alimentos y, al mismo tiempo, contribuya a la mitigación del cambio climático”. Para 2100 -afirmó- la ciudad más grande del mundo será Lagos, Nigeria, con 85 millones de personas. Hay que pensar que una ciudad de 30 millones requiere 200 toneladas de comida por día, por lo que los planeadores urbanos tienen que tomar en cuenta que el 20% de la agricultura debe realizarse en los límites de la ciudad, con más hidroponía y terrazas de cultivo.
La bioeconomía argentina, su Vaca Viva, ha generado sistemas productivos de bajo impacto ambiental con productos de muy baja huella de Carbono y de agua, sin duda si se lo propone puede ser una parte relevante de la solución contribuyendo a un mundo más equilibrado, este es un mundial donde sin dudas Argentina si se lo propone puede reunir un equipo muy competitivo y actuar en consecuencia en un ganar-ganar de escala planetaria.