Carbono azul: ¿qué es y cómo beneficia al ambiente?
El carbono azul se refiere al CO2 capturado en los sedimentos de los ecosistemas costeros como manglares, pastos marinos y marismas. Esta captura de carbono es clave para mitigar el cambio climático y es un proceso que se lleva a cabo mediante la fotosíntesis la cual fija el CO2 en los sedimentos. Es decir el carbono orgánico queda enterrado en estos ecosistemas -llamados ecosistemas de carbono azul.
En los últimos años ha existido una controversia científica respecto al rol de estos ambientes como capturadores de carbono, proponiéndose que así como funcionan como sumideros de carbono también pueden ser exportadores del mismo, de acuerdo a cómo ocurren las dinámicas, procesos ecológicos internos y que el tiempo de secuestro del carbono varía según el ecosistema. Se conoce que los manglares pueden almacenar este carbono en sus sedimentos durante largos períodos de años, a diferencia de otros ecosistemas costeros.
Los sumideros de carbono atmosférico son claves para mitigar el cambio climático. Según The Real Eco State en una publicación “la Corporación Nacional Forestal (CONAF) realizó un estudio utilizando estándares del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), que determina cuánto CO2 es capaz de absorber el bosque siempreverde, revelando que es capaz de capturar 17,10 toneladas de CO2 por hectárea en un año (tCO2/ha/año)” son capaces de capturar cerca de 200 toneladas métricas de carbono por año en todo el mundo, esto representa cerca del 50% de todo el carbono contenido en los sedimentos oceánicos.
Actualmente la extensión de los ecosistemas de carbono azul no supera el 0,5% de los ecosistemas del mundo, pero su tasa anual de captura de carbono es del doble incluso cuatro veces mayor que un bosque tropical maduro. He aquí la importancia de mantener estos ambientes y de que estos sedimentos sigan secuestrando este carbono orgánico, pues cuando son destruidos por diferentes razones, se convierten en exportadores de carbono y emisores de gases de efecto invernadero, agudizando el calentamiento global.
Actualmente en Latinoamérica, Brasil y Argentina destacan entre los países con mayor cantidad de áreas RAMSAR (27 y 23 áreas respectivamente) y en Argentina, mas de un millón de hectáreas de humedales han sido arrasados por el fuego.
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Es fundamental preservar estos ambientes no sólo porque son mitigadores del cambio climático sino también porque son fuentes importantes de alimento, refugio para numerosas especies, protectores de las costas ante inundaciones, oleaje, tsunamis, etc.
Fuente: BIOGUIA/Adriana Oliveiras