Cambio climático: ¿Cuán conscientes son las marcas?
Los compradores están cada vez más interesados en productos sostenibles, y una nueva investigación indica que muchos están listos para dejar atrás sus marcas por otras que tengas políticas ecológicas mejor definidas.
La mitad de todos los consumidores de Estados Unidos, incluido el 70% de los millennials, han cambiado de marca de alimentos y comestibles en función de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza, según un estudio de la empresa Glow.
La investigación encuestó a 33 mil adultos estadounidenses para conocer su opinión más de 150 marcas de alimentos y comestibles. En general, los consumidores informan que cambiaron sus hábitos de gasto para alinearse mejor con sus valores personales.
Casi el 90% de los encuestados marcó la importancia de que las empresas sean ambiental y socialmente responsables, y dos tercios dijeron que están dispuestos a pagar más por productos que apoyen a grupos y comunidades vulnerables.
Glow también encontró una correlación positiva entre las empresas que promueven estos cambios y el crecimiento de los ingresos: el 20% de los consumidores clasifican la sostenibilidad entre sus tres principales consideraciones cuando compran comestibles.
Y la tendencia se refleja igualmente en otras industrias, como la de la indumentaria. Durante los últimos años, las discusiones sobre la moda y su efecto sobre el clima han estado dando vueltas en varios foros. La investigación muestra que el 25% de las personas en los países desarrollados son conscientes de cómo la ropa que compran afecta el medio ambiente.
Esto ha llevado a un aumento en el concepto de compras de segunda mano, ropa consciente y realineación de la industria. Se espera que el consumo mundial de ropa aumente de 62 millones de toneladas métricas a 102 millones de toneladas en 10 años, suponiendo que las tendencias demográficas y de estilo de vida sigan siendo las mismas.
Hoy la moda es responsable del 10% de las emisiones de carbono del mundo, más que los vuelos internacionales y los envíos juntos. Para 2030, se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria de la moda aumenten en más del 50%.
Los 93 mil millones de metros cúbicos de agua que utiliza anualmente la industria de la moda son suficientes para abastecer a cinco millones de personas con todas sus necesidades. Alrededor del 20% de todas las aguas residuales del mundo provienen del tratamiento y teñido de telas.
El 87 % de toda la fibra que se utiliza para fabricar ropa se quema o se tira en vertederos. Las microfibras plásticas, por un valor de 50 mil millones de botellas de plástico, se vierten en el océano anualmente. Y esas microfibras no se pueden eliminar del agua y pueden propagarse a lo largo de la cadena alimentaria.
Luxo, una marca de ropa inclusiva y sustentable
“Lo que estamos viviendo exige que generemos cambios inmediatos en como pensamos nuestras marcas y readecuamos el negocio. Esto no es calor, esto es cambio climático, y la provocamos los seres humanos, consumiendo energía y recursos”, apunta Martín Manini, socio dueño de Luxo, la marca de ropa inclusiva y sustentable que acaba de lanzar su nueva colección con mensajes eco.
“Nosotros estamos generando energía renovable. Un trimestre atrás mudamos buena parte de nuestra producción a La Rioja, donde inauguramos Luxo Solar Park, un complejo alimentado por más de cien paneles solares que soportan la totalidad del consumo eléctrico de las treinta máquinas que tenemos hoy en el taller”, agrega Manini.
“Si te tomas en serio la crisis climática, el objetivo máximo es administrar un negocio regenerativo. Esa es la idea más grande, y estamos muy, muy lejos de darnos cuenta de eso”, agrega Ryan Gellert, director ejecutivo de Patagonia, la marca creada por el escalador convertido en empresario Yvon Chouinard.
El fundador de Patagonia anunció que su familia cambiará la forma en que controla la empresa privada para asegurarse que no se desviará de los objetivos ambientales. Un compromiso que espera muchas otras empresas del rubro lo imiten.
En 2020, 140 de las empresas más grandes declararon sus intenciones de eliminar por completo las emisiones de C02. Muchas de las iniciativas desde entonces se han centrado en el transporte: responsable de casi el 20 % de las emisiones. Y adoptaron los envases sostenibles como una medida concreta para reducir el CO2. La merma ha sido del 2% de las emisiones. Todavía queda mucho por hacer.
Fuente: Economía Sustentables