¿Debe España seguir los pasos de Alemania y cerrar sus centrales nucleares?
Central Nuclear de Almaraz
El apagón nuclear en Alemania ya es un hecho. Pero eso no significa que la polémica haya acabado. Al revés, ahora va in crescendo, al menos en España, que es uno de los pocos o el único país que pretende seguir los pasos de Alemania y cerrar sus centrales nucleares.
La primera decisión o una de ellas nada más aterrizar en Moncloa el Gobierno de Pedro Sánchez fue meter mano al cierre nuclear. Estuvo varios meses negociando con el objetivo de que se pudiera realizar de forma escalonada de tal manera que no afectara a la seguridad de suministro.
El calendario de cierre nuclear en España es el siguiente:
- Almaraz I – Noviembre de 2027
- Almaraz II – Octubre 2028
- Ascó I – Octubre 2030
- Cofrentes – Noviembre 2030
- Ascó II – Septiembre 2032
- Vandellós II – Febrero 2035
- Trillo – Mayo 2035
Con la actual crisis energética y la guerra en Ucrania, la seguridad de suministro ha tomado el relevo de la sostenibilidad en esta transición energética, que nadie decía que no iba a ser compleja.
Con ello, muchos países se ha replanteado su política energética y qué hacer con la energía nuclear. Francia prepara un nuevo empujón con la construcción de nuevos reactores, otros países como Bélgica ha frenado sus planes de cierre, Japón poco a poco sigue regresando a la nuclear, EEUU no para de incrementar la vida de sus centrales. ¿Y España?
Se podría decir que en España se tiene la botella medio llena o medio vacía, según se mire y quién mire. Hay quienes mantienen su postura y no se mueven del calendario pactado, y otros albergan alguna esperanza de cambio.
El rompecabezas político
La posición del actual Gobierno parece clara. Lo relativo a la nuclear nada cambia en la nueva versión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) a 2030.
“El Gobierno no se plantea el cambio del calendario ni un aumento de la vida de las centrales nucleares. El Gobierno seguirá con el acuerdo entre las compañías propietarias y Enresa, y así lo verán en la próxima actualización del PNIEC”, dijo la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, hace unos días en el Congreso.
En términos parecidos se posiciona el PSOE. Cristina Narbona asegura que “el calendario de cierre actual del Gobierno de España es viable, no debería ni atrasarse ni adelantarse”.
Mientras que Juantxo López de Uralde, portavoz de Alianza Verde (Unidas Podemos) y presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados afirma lo siguiente.
“No veo necesidad de replantear el calendario de cierre. Al contrario, un cierre ordenado es la mejor manera de garantizar la salida segura de esta fuente de Energia. Si la nuclear fuera una opción de futuro, habría empresas apostando por invertir en nuevas centrales. No es el caso: el alto coste la hace indeseable para el inversor. La nuclear se acaba”, sentencia.
El cambio llegaría por la derecha
Pero sin embargo, en el otro lado de la bancada del Congreso, PP y Vox piensan bien distinto.
El portavoz de Energía de los populares, Juan Diego Requena, afirma que “consideramos que para que nuestro sistema eléctrico cumpla con el trilema energético, el rol de las centrales nucleares es importante. Dentro de los escenarios a 2030 que manejamos está el de alargar la vida útil de las centrales nucleares y para ello debemos empezar con Almaraz”.
Por su parte, el diputado de Vox, José María Figaredo, da un paso más allá y aboga ya no solo por mantener el actual parque sino por que se incremente.
“España no se puede permitir apagar la nuclear. El sistema eléctrico español no podría sobrevivir sin el apoyo de las nucleares. Es más, se debe pelear a tope para reabrir Garoña.
Además, en el corto plazo se debería arrancar un estudio para buscar localizaciones donde emplazar nuevas nucleares. Las centrales actuales tienen capacidad para instalar grupos adicionales. Solo habría que instalar actualmente en algunos casos torres de refrigeración”, afirma.
“Hay una razón de peso más, y es que el PNIEC, no está cumpliendo algunos de sus objetivos como los de almacenamiento, el gobierno trabaja con un calendario de cierre en el que se tienen que dar las circunstancias que el PNIEC prevé y si no se dan, es probable que la seguridad de suministro se vea comprometida”, señala Requena.
Posible incumplimiento del PNIEC
Este incumplimiento del PNIEC es notorio. Recientemente, El Periódico de la Energía dio a conocer un informe de BC3, en el que aseguraba que España estaba lejos de cumplir sus objetivos marcados en el PNIEC.
“El cierre está acordado y no lo vamos a mover. Otra cosa es si cambian las circunstancias. Vamos a ver si se cumple el PNIEC y con la seguridad de suministro. Además hay que tener en cuenta que los precios no deberían subir y que nos encaminemos hacia una mayor independencia energética”, afirma Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear.
Y es que la aportación de las nucleares al sistema eléctrico no es poca cosa.
“La sociedad ha tomado conciencia de la crisis energética de combustibles fósiles con precios elevados y dependencia energética en la que estamos inmersos, y conoce cada día mejor lo que aportan a la red los siete reactores que tenemos funcionando en España. Las centrales nucleares de nuestro país generan un 20% del total de la electricidad y lo hacen de manera continuada y estable con el valor añadido que esto supone cuando hablamos de garantía de suministro y prescindir de ello es un claro error”, asegura Emilio Mínguez, presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE).
Cómo sustituir a las nucleares
Y es que sustituir a las nucleares no es tan fácil o sí. Depende cómo se mire. Araluce explica que España necesita mucho almacenamiento así como más infraestructuras de red para sustituir a la nuclear, y “necesita que se desarrolle cuanto antes”. “Si no, toda esa potencia firme será sustituida por gas”.
Sin embargo, Pedro Fresco, divulgador de energía y ex director general de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana, cree que el caso de España es bien distinto al germano.
“El cierre nuclear español está mucho mejor hecho que el alemán. El cierre de reactores comenzará cuando ya haya una cantidad de renovables mayoritaria en el mix, y no se cierra más de un reactor al año, lo que facilita que la sustitución por renovables sea fácil. Debemos asegurarnos que la instalación de renovables sigue a buen ritmo y no sucede lo que ha pasado en Alemania con leyes excesivamente restrictivas para la eólica. El cierre nuclear solo saldrá bien si instalamos la energía renovable que tenemos prevista”, señala.
También en términos parecidos se muestra el investigador y Doctor en Ingeniería Química, Eloy Sanz.
“El caso español es muy diferente. Desde 2020 el uso de carbón es casi testimonial (2% de la generación nacional) y cada año la generación con tecnologías solar y eólica aumenta en 8TWh, la misma energía que genera un reactor nuclear. Por tanto, es más que razonable el cierre planificado de siete reactores en diez años y cuando este finalice, la generación eléctrica de España será renovable en más de un 75%. De hecho, esta gran penetración renovable ya está entrando en colisión con fuentes de energía inflexibles como la nuclear y algunas centrales fósiles, teniendo que desperdiciar energía renovable, un proceso que irá a más.”
La última decisión
Otra de las posibilidades que hay sobre la mesa sobre el futuro de las centrales nucleares españolas es quién va a tomar la última decisión.
La primera central nuclear en echar el cierre sería Almaraz I en noviembre de 2027. Para pedir una renovación de licencia de operación, fundamental para seguir funcionando, los propietarios de la central de turno deben enviar al Consejo de Seguridad Nuclear una serie de estudios e informes sobre seguridad, envejecimiento de la central, operativa a largo plazo, etc.
Estos informes tienen que enviarse como tarde tres años antes de que acabe su operación por lo que tendrían que enviarse al CSN como tarde en el otoño de 2024.
Por tanto, quien tiene la última palabra será el nuevo Gobierno que salga de las próximas elecciones generales que se llevarán a cabo previsiblemnente en diciembre de este año.
Por tanto, el nuevo Gobierno tendrá que tomar una decisión rápida junto a los operadores de las centrales, Enresa y el operador del sistema eléctrico, o se apaga o se alarga la vida operativa de las centrales.
Fuente: El periódico de la Energía