Sigue el apoyo del gobierno al desarrollo del cáñamo
Bahillo se reunió con representantes de Industrial Hemp Solutions para potenciar el cáñamo. Se trata de una empresa nacional pionera en el renacimiento de la industria del cáñamo. La jornada abordó cuestiones relacionadas con las nuevas variedades genéticas y las posibilidades que se abren para el cultivo en nuestro país frente a los desafíos del cambio climático.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, encabezó un encuentro con representantes de la empresa Industrial Hemp Solutions (IHS), responsable de los primeros ensayos de cáñamo industrial realizados en el país de los últimos 50 años, a partir del nuevo marco regulatorio en materia de Cannabis medicinal y Cáñamo Industrial.
«Este es un cultivo que es amigable con el medioambiente, regenerador de suelos y el modo de producción hay que cuidarlo y potenciarlo con políticas públicas que acompañen», afirmó Bahillo, acompañado por el jefe de Gabinete de la cartera, Juan Manuel Fernández Arocena.
En este sentido, Bahillo explicó que «una de las iniciativas para enfrentar el cambio climático va de la mano del cáñamo. Aún tenemos que seguir analizando todo su potencial», al destacar la importancia de «los relevamientos que lleva adelante el INASE y el Senasa, el registro y el acompañamiento al sector de productivo».
Cabe señalar que en Argentina el cultivo de esta especie estaba prohibido desde la década del 70, cuando se dejó de producir. Con la autorización del Senasa y del INASE, la firma logró ingresar al país genéticas de cáñamo de vanguardia, provenientes de diferentes regiones del mundo. Los ensayos de la empresa se encuentran en las localidades bonaerenses de Ferré, Chacabuco y Balcarce.
Asimismo, se están explorando nuevos desarrollos en localidades tales como San Justo, Venado Tuerto, Bahía Blanca, Balcarce, Pergamino, entre otras. La firma nacional también introdujo diferentes variedades genéticas de cáñamo en Paraguay y en Uruguay.
«Entendemos que el cáñamo puede ser una industria muy fuerte en Argentina, con ventajas competitivas y con partidos muy grandes para que sea un jugador importante en la industria del cáñamo a nivel internacional. Tenemos los suelos, los climas, tenemos la tierra y el conocimiento y los productores para poder sembrar este cultivo», explicó el líder agronómico, Juan Ignacio Barros.
«Como es un cultivo que es carbono negativo porque secuestra una gran cantidad de dióxido de carbono superior a un monte forestal, la posibilidad de poder que los productores puedan introducir el cáñamo en sus rotaciones va a mejorar su huella de carbono, asimismo todo en las industrias, los subproductos que vienen del derivado del cáñamo también van a mejorar esa huella», amplió.
«Tenemos muchas instituciones del Estado trabajando atrás de esto, el INTA Balcarce con la aprobación de su producto de cáñamo para la industria alimenticia, instituciones como INASE, Senasa y la Secretaría apoyando el cultivo para que podamos desarrollar materia prima para que podamos tener sus productos para todas las distintas industrias», continuó Barros.
Por su parte, el director Ejecutivo, Nikalai Gómez Baranoff, indicó que «podríamos abastecer a Brasil, tenemos la genética y la industria para crecer. Queremos darle al productor la semilla, comprarle la producción para empezar este proceso y comenzar a escalarlo».
Estuvieron presentes además, el director Nacional de Articulación Federal del INASE, Gabriel Giménez, y el asesor de la cartera agropecuaria nacional, Gaston Álvarez.
El cáñamo
El cáñamo, conocido por su nombre científico como Cannabis Sativa, es un cultivo anual. Pero también es llamado «la planta maravilla», en base a la gran variedad de beneficios que comporta aplicados tanto en la salud como en el medio ambiente.
Las fibras de cáñamo son resistentes a las plagas de insectos y depredadores, por lo que reduce el uso de fitosanitarios en el ambiente.
Tiene una absorción óptima de CO2, con lo cual contrarresta el problema del incremento de calor, lo que puede mejorar la huella de carbono de las industrias que utilicen sus subproductos.
La industria del cáñamo tiene la posibilidad de producir hasta 25.000 productos derivados, lo que puede generar beneficios para las economías regionales, generar empleo y materia exportable.