El consumo mundial de carbón alcanzará niveles récord en 2023
Se estima que la demanda mundial de carbón se mantendrá en máximos históricos este año debido al aumento del consumo industrial, a pesar de una caída en la generación eléctrica.
En 2022, el consumo de carbón aumentó un 3,3% alcanzando un récord de 8.300 millones de toneladas, y se espera que este año se mantenga en niveles similares debido a la sólida demanda en Asia. China, India y los países del sudeste asiático en conjunto representarán tres cuartas partes del consumo mundial de carbón en 2023.
El informe destaca el desequilibrio global en la transición energética, ya que muchos países en vías de industrialización continúan dependiendo de formas de producción contaminantes. A pesar de los avances en energías renovables en Europa y Norteamérica, gran parte de los sectores industriales y energéticos del mundo siguen profundamente vinculados a los combustibles fósiles.
Se espera que el consumo de carbón en Europa disminuya drásticamente este año debido al estancamiento de la demanda energética por parte de la industria y a la sobreoferta de carbón, parte del cual ha sido reexportado a Asia tras la fiebre por el carbón provocada por los riesgos de suministro de gas del año pasado. Además, los precios más bajos del gas natural en Estados Unidos también han favorecido la reducción del consumo de carbón, según el informe de la AIE.
Por qué el consumo del carbón es un problema ambiental
El consumo de carbón es un problema para el medioambiente por diversas razones:
- Emisiones de gases de efecto invernadero: La quema de carbón libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estos gases atrapan el calor del sol en la Tierra, contribuyendo al calentamiento global y el cambio climático. La demanda persistente de carbón en ciertas regiones, especialmente en Asia, ha llevado a que la emisión de CO2 se mantenga en niveles récord y tenga un impacto significativo en el calentamiento del planeta.
- Contaminación del aire: La combustión del carbón también produce emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y partículas finas. Estos contaminantes afectan la calidad del aire y pueden tener efectos negativos en la salud humana, causando problemas respiratorios y enfermedades pulmonares, además de contribuir a la formación de la lluvia ácida.
- Degradación de ecosistemas: La minería del carbón puede dar lugar a la degradación y pérdida de ecosistemas naturales debido a la deforestación y alteración del terreno. Esto afecta la biodiversidad y puede provocar la pérdida de hábitats importantes para diversas especies de plantas y animales.
- Contaminación del agua: La producción y uso del carbón puede resultar en la liberación de productos químicos tóxicos y metales pesados que contaminan las aguas superficiales y subterráneas, afectando la salud de los ecosistemas acuáticos y la disponibilidad de agua potable.
- Dependencia de fuentes no renovables: El consumo continuo de carbón perpetúa la dependencia de fuentes de energía no renovables y contribuye a mantener un desequilibrio en la transición energética hacia fuentes más limpias y sostenibles. Aunque se ha avanzado en el aumento de las energías renovables en algunas partes del mundo, el consumo de carbón sigue siendo un obstáculo para lograr una transición energética más completa y eficiente.
El consumo de carbón representa una amenaza significativa para el medio ambiente y la reducción del consumo de carbón y el fomento de fuentes de energía más limpias y sostenibles son fundamentales para abordar los desafíos ambientales y avanzar hacia un futuro más sostenible y resiliente.
Fuente: Economía Sustentable