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Una apuesta por el potencial de la biomasa en el norte argentino

Con financiamiento del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MinCyT), como parte del programa Centros Interinstitucionales en Temas Estratégicos (CITES), se creará el Centro Regional Biorrefinerías del Norte Argentino (BioNA), en el que tendrán participación el INTI, el CONICET, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).

Con el objetivo de contribuir a una mayor producción de biocombustibles, bioproductos y biomateriales, el BioNA integrará las capacidades existentes en el territorio y potenciará actividades académicas, tecnológicas e industriales en la región. La red de instituciones mencionadas aportará acciones en materia de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i); formación de recursos humanos y transferencia tecnológica para empresas de la región.

El monto total de la inversión a fin de hacer realidad este centro interinstitucional es de 6,4 millones de dólares, de los cuales 3,5 serán aportados por el MinCyT —2,6 en bienes de capital y 900 mil en infraestructura— y 2,9 por las cuatro instituciones que lo integrarán.

En el caso del INTI, aportará 195 mil dólares en recursos humanos, y recibirá del MinCyT 787.500, que se componen de 537.500 en concepto de bienes de capital y 250 mil en infraestructura.

En el marco de encuentro “Articulación de una agenda estratégica desde la región NOA”, que organiza el INTI como parte de su agenda federal de actividades por sus 65 años de trayectoria, y durante la actividad a realizarse el 28 de julio en el Ingenio de La Florida de Tucumán, Ruben Geneyro, presidente del INTI, y Miguel Cabrera, decano de la Facultad de Ciencia y Tecnología (FACET) de la Universidad Nacional de Tucumán, brindarán detalles del proyecto BioNA.

Vinculación virtuosa con la agroindustria

Se estima que esta iniciativa impactará directamente en los sectores cañero, citrícola y forestal, aunque su alcance puede extenderse a otras fuentes de materiales agroindustriales, como el algodón, el arroz, el sector vitivinícola, el olivícola, la yerba, el té, el tabaco y los carbohidratos. Por otra parte, la generación de nuevas materias primas —productos intermedios— y productos finales podrá impactar a las industrias de la pulpa y el papel, la química, textil, farmacéutica, de alimentos, de equipamiento industrial, y de energía, entre otras, de la región y el resto del país.

Los fundamentos del proyecto plantean que a partir de la articulación de las cuatro instituciones mencionadas “se podrá avanzar en una etapa intermedia entre la instancia de I+D+i desarrollada en laboratorio y la escala industrial integrada a las cadenas de valor actuales de la bioeconomía”. Al respecto, indica que ello “permitirá potenciar el desarrollo socioproductivo de la región a través de proveer recursos humanos y conocimiento para la instalación de plataformas de biorrefinerías”.

A su vez, desde el INTI se pone el acento en la relevancia de “propiciar el desarrollo y el fortalecimiento de las economías circulares en el Norte Argentino; investigar, optimizar y tornar más eficientes procesos; y desarrollar nuevas tecnologías y productos incluyendo etapas de escalado, con la finalidad de promover su transferencia e implementación en la agroindustria regional y nacional”.

Un resultado esperado es el desarrollo de polos industriales a partir de biomasa, en los que empresas pequeñas, medianas y grandes, de igual o diferente cadena productiva, sean proveedoras y receptoras de insumos: con esa lógica, pueden transformar los residuos de unas en productos de otras. Varias de estas empresas podrían surgir como continuación de las plantas piloto, requerir equipamiento que podría producirse localmente, ocupar mano de obra y generar bioproductos cuya comercialización podría ocurrir en el país o en el exterior.

En esta línea, el proyecto señala que “la formación del Centro BioNA representa una oportunidad para optimizar recursos existentes que actualmente cuentan con escasa vinculación y promover la formación de recursos humanos orientados a las biorrefinerías y el progreso de economías circulares”. Y agrega que “así, se promovería el conocimiento sobre valorización de la biomasa y generarían alianzas con otras instituciones de ciencia y tecnología de la región y el país”.