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La nueva generación de baterías de Toyota romperá el muro de la autonomía

Es de sobra conocido que Toyota no ha ganado la carrera eléctrica. La firma nipona, la causante de que la electrificación entrara en el sector del automóvil de manera masiva gracias a su primer híbrido, el Prius de 1997, se ha mantenido cauta a la hora de lanzar una estrategia 100% eléctrica. No en vano, el que es su primer modelo cero emisiones, el bZ4X está tardando más de la cuenta en llegar al mercado aunque ya se puede reservar por un precio que parte de los 48.650 euros.

Y es que la firma nipona ya ha dejado caer en varias ocasiones que la electrificación no será la única tecnología por la que apostarán pues lleva tiempo realizando test con el hidrógeno y con la pila de combustible, pues confían en que este combustible permitirá mantener vigente el motor de combustión manteniendo al mismo tiempo el objetivo de neutralidad en carbono establecido tanto por ellos mismos como por algunos territorios como la Unión Europea.

Doble vertiente

Ahora bien, Toyota no quiere dar la espalda a esa electrificación y por eso acaba de publicar una imagen en la que se observa cuál será el camino que tomará en el campo relacionado con las baterías. Porque esta será también una de las grandes jugadas de la firma, el desarrollo propio de baterías que permitan de verdad democratizar la electrificación y, sobre todo, conseguir largos recorridos.

Esta será precisamente la doble vertiente en la que están trabajando pues Toyota pondrá en liza antes del 2030 hasta dos tipos de baterías diferentes. La primera aparecerá ya en el 2026 siendo bautizada como Performance. Mantendrá una composición química basada en el litio y será empleada por los vehículos de alto standing, principalmente enfocados a la marca Lexus. Supondrá un ahorro de costes cercano al 20% respecto a las actuales baterías del bZ4X y permitirá homologar autonomías superiores a los 800 kilómetros con unos tiempos de carga inferiores a los 20 minutos para pasar del 10 al 80%.

Durante ese mismo 2026 o a comienzos del 2027 le acompañará la denominada batería Popularisation cuya química empleará fosfato de hierro y litio (LFP) diseñada para reducir más los costes hasta el punto de que han visto que podría ser un 40% más barata de producir que las actuales. En lo que recorrido se refiere, homologará unos 600 km y estará enfocada a los modelos más básicos, que además podrán cargarse en unos 30 minutos.

Largo recorrido

Pero el gran paso lo dará a partir del 2027 cuando presente, primero, la evolución de la Performance y, en 2028 cuando ponga en liza su batería de estado sólido. De la primera, bautizada como High Performance, reducirá en otro 10% los costes frente a la Performance, podrá cargarse en menos de 20 minutos en tomas de corriente continua y lo que es más llamativo, ofrecerá una autonomía de aproximadamente 1.000 kilómetros. Un rango que, eso sí, se ofrecerá en un modelo en concreto desarrollado específicamente para tener un peso contenido y un coeficiente aerodinámico bajo. En cuanto a la batería de estado sólido, rebajará el tiempo de carga a los 10 minutos prometiendo igualmente un recorrido superior al millar de kilómetros. En una fecha todavía por definir llegará su evolución, con autonomías ya superiores a los 1.200 km y, en algunos casos, rozando los 1.500 kilómetros entre cargas. Adicionalmente, Toyota está trabajando en reducir el grosor de los paquetes actuales para mejorar tanto la habitabilidad interna como el peso y la eficiencia.

Fuente: El Periódico de la Energía