Seminario Acsoja 2023: Un círculo virtuoso para lograr 65 millones de toneladas de soja
La cadena de la oleaginosa pidió un cambio de políticas que permita recuperar el área del cultivo e incorporar tecnología para lograr una intensificación sostenible y un salto en las exportaciones.
Luego de una campaña atravesada por diversos factores, en la que la sequía hizo estragos, provocando pérdidas de más del 50% de la producción de soja estimada, la cadena de la oleaginosa realizó este jueves su Seminario anual. En la apertura, el presidente de Acsoja, ingeniero agrónomo Rodolfo Rossi, destacó que el complejo agroindustrial argentino representó el 65% de las exportaciones del país, siendo la soja el principal complejo comercializado, con el 28,1 % de ese total y negocios por 24.868 millones de dólares.
“La soja cumple 22 años como principal complejo exportador del país, manteniendo en los últimos 26 años el primer lugar en las exportaciones mundiales de harina y aceite de soja, siendo el tercero en exportaciones de grano y manteniendo una posición relevante en el mercado del biodiésel”, detalló Rossi.
Más del 85% de la producción de soja que se produce en Argentina se exporta, y en el país existen plantas que podrían industrializar 70,4 millones de toneladas por año. No obstante, el uso de la capacidad instalada viene cayendo y llegó al 61% en 2022. “Hoy estamos con la mayor cifra histórica en ociosidad”, indicó Rossi. Al tiempo que lamentó que “por políticas económicas erradas de los sucesivos gobiernos”, se discrimine al cultivo y se limite su potencial de crecimiento pese a su enrome aporte.
El titular de Acsoja señaló que el complejo de la oleaginosa brinda empleo a más de 350.000 personas, está presente en 15 de las 22 provincias, cuenta con más de 60.000 productores, reúne a 4.000 plantas de acopio y cooperativas, y tiene “un cluster que promueve la actividad en el transporte, la metalmecánica y actividades afines”, enumeró el ingeniero.
El directivo afirmó que “desde 2016, los altos impuestos a la exportación, en definitiva, impuestos al precio, y principalmente en relación con otros cultivos, han generado una dramática reducción del área de siembra, menor uso de tecnología y reemplazo de superficie por otros cultivos”, cuando sería posible crecer de manera sustentable.
Rossi hizo un llamado de atención acerca del escaso uso de fertilizantes en el cultivo de soja. Por eso, consideró indispensable “retomar el camino de la fertilización para la correcta reposición de nutrientes y para el rendimiento”.
Además, sostuvo que al no haberse resuelto “un sistema razonable de captura de valor del germoplasma y la biotecnología en la semilla”, se redujeron las inversiones y el número de los programas de mejoramiento de soja. Sin embargo, valoró, “en 2022 se alcanzó el récord de registro de nuevos cultivares, motivado por una nueva tecnología de tolerancia a herbicidas”. Y advirtió que en Argentina “ya nos vamos quedando atrás de los países competidores” en materia tecnológica. “Se mantiene la ganancia genética, aunque menor que en otros países”, dijo.
Mercados externos
El presidente de Acosja remarcó la recientemente creación del primer mapa sobre la calidad intrínseca de la harina y grano de soja, que, por sus resultados, permitirá generar estrategias para el mantenimiento de los mercados de exportación.
En relación con las nuevas exigencias regulatorias de la Unión Europea (UE) sobre productos fitosanitarios, Rossi opinó “que pueden causar consecuencias negativas, afectando herramientas indispensables para la producción argentina”, y en ese sentido, destacó el trabajo público-privado que ofrece garantías de inocuidad con argumentos sólidos y diplomacia.
Respecto de la nueva regulación de la UE sobre soja y carne libre de deforestación, destacó que “el sistema productivo argentino y especialmente el complejo sojero cuenta con fortalezas y compromisos”, tales como la Ley de Bosques, sistemas de monitoreo de flujos de soja como el ViSec, sistemas que evidencian el riesgo en el uso del suelo promoviendo la biodiversidad del planeta, un programa de Carbono Neutro y un programa de buenas prácticas agrícolas. “Tenemos estas realidades que nos permiten mostrar que nuestro sistema productivo es sustentable, ejemplo para el resto del mundo, propiciando un alto nivel de negociación, frente a decisiones unilaterales”, subrayó.
Hay futuro
Rossi aseguró que la cadena está focalizada en revertir la tendencia negativa en la evolución de la superficie de la oleaginosa. “La Argentina tiene capacidad para aumentar el área de siembra de manera sustentable, con tecnologías ya desarrolladas, y las por venir, y mejorando los rindes unitarios de todos los cultivos”.
No obstante, remarcó que “con la continuidad de las políticas actuales será imposible lograr resultados positivos en esta ecuación”.
“Es imperioso un cambio en el asfixiante sistema impositivo y en lograr un tipo de cambio único. Los programas llamados dólar soja, han hecho un daño profundo en la cadena, afectando la confianza y las herramientas del mercado”.
Según Acsoja, los derechos de exportación son “una verdadera exacción que ni en la paupérrima cosecha actual se han dignado a reducirlos, cuando son el principal freno al crecimiento de la soja y un factor fundamental frente a las expectativas de encauzar al país en la senda exportadora”.
Finalmente, Rossi abogó por “un cambio virtuoso” que “generaría mayor rentabilidad y un regreso a la aplicación amplia de tecnología, basada en el concepto de la intensificación sostenible, con mejores prácticas que permitan ampliar la agricultura regenerativa con menor huella de carbono”.
También instó a concretar obras ya proyectadas con nuevas inversiones y “regulaciones sensatas” que permitan mejorar la logística de transporte terrestre y de la hidrovía en un marco de “costos razonables”, ya que la falta de ellas ya está afectando la competitividad del complejo agroindustrial.
“Las capacidades técnicas para retomar el crecimiento hacia los 65 millones de toneladas de soja, o más, están intactas”, afirmó Rossi.