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43,2 millones de personas sufren hambre en América Latina y el Caribe

El nuevo informe de Naciones Unidas, Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2023, señala que el 6,5% de la población de América Latina y el Caribe sufre hambre, es decir, 43,2 millones de personas.

Pese a que esta cifra representa una leve mejora de 0,5 puntos porcentuales respecto de la medición anterior, la prevalencia de hambre en la región todavía se encuentra 0,9 puntos porcentuales por encima de los registros de 2019, previos a la pandemia de COVID-19.

Además, el escenario es dispar a nivel subregional. En Sudamérica, el número de personas que padecen hambre se redujo en 3,5 millones entre 2021 y 2022. No obstante, hay 6 millones de personas subalimentadas adicionales en comparación con el escenario anterior al COVID-19.

Por su parte, en Mesoamérica, 9,1 millones de personas padecieron hambre en 2022, lo que significa una prevalencia del 5,1 %. Esta cifra no da cuenta de alguna variación significativa respecto de la medición anterior.

El escenario es distinto en el Caribe. En esta subregión, 7,2 millones de personas experimentaron hambre en 2022, con una prevalencia de 16,3%. En comparación con 2021, este número aumentó en 700.000, y entre 2019 y 2022, el incremento fue de un millón de personas, siendo la prevalencia más alta la de Haití.

“Las cifras de hambre en nuestra región continúan siendo preocupantes. Vemos como cada vez nos alejamos más del cumplimiento de la agenda 2030 y no logramos mejorar aún las cifras previas a la crisis desatada por la pandemia de COVID-19. Nuestra región tiene desafíos persistentes como la desigualdad, la pobreza y el cambio climático, que han revertido al menos en 13 años el progreso en la lucha contra el hambre. Este escenario nos obliga a trabajar de manera conjunta y actuar cuanto antes”, aseguró Mario Lubetkin, Subdirector General y Representante Regional de FAO para América Latina y el Caribe.

Por su parte, Lola Castro, Directora Regional del Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), aseguró que “es necesario mantener a las personas en el centro del conjunto de soluciones frente a la inseguridad alimentaria y la malnutrición, particularmente en el contexto actual de emergencia climática. En apoyo a los Gobiernos de la región, estamos promoviendo acciones que protegen a las personas más vulnerables y transforman los sistemas alimentarios, para que sean más resilientes, además de acompañar los esfuerzos a través de políticas públicas holísticas para promover dietas saludables y asequibles”.

La inseguridad alimentaria continúa en aumento en la región El informe también da cuenta que, en 2022, 247,8 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir, se vieron obligados a reducir la calidad o cantidad de la comida que consumieron, o incluso se quedaron sin comida, pasaron hambre y, en el caso más extremo, pasaron días sin comer, poniendo su salud y bienestar en grave riesgo. Esta cifra significa una disminución de 16,5 millones con respecto a 2021.

En Sudamérica, más de un tercio (36,4 %) de la población sufrió de inseguridad alimentaria moderada o grave. En Mesoamérica, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó el 34,5 % en 2022, lo que representó un aumento de 0,4 puntos porcentuales, o 1,3 millones de personas adicionales, en comparación con 2021. En el Caribe, en tanto, durante 2022, el 60,6 % de la población experimentó inseguridad alimentaria moderada o grave.

El informe de Naciones Unidas da cuenta que las desigualdades que se registran en América Latina y el Caribe tienen un impacto significativo en la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables. La prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave continúa afectando más a las mujeres que a los hombres. Aunque la brecha se redujo en la región, todavía es de 9,1 puntos porcentuales, siendo América Latina y el Caribe la región con la mayor brecha en todo el mundo.

“En 2022, la inseguridad alimentaria moderada o grave en las zonas rurales fue 8,3 puntos porcentuales mayor que en las áreas urbanas. Una vez más, son las poblaciones rurales quienes se están quedando

atrás, y por eso debemos priorizarlas en nuestros programas y políticas públicas”, aseguró Rossana Polastri, Directora Regional del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) para América Latina y el Caribe.

La región se enfrenta al desafío de la malnutrición América Latina y el Caribe enfrenta cada vez con más fuerza el complejo problema de malnutrición que abarca tanto la desnutrición —retraso del crecimiento, emaciación infantil y carencias de vitaminas y minerales— como el sobrepeso y la obesidad.

De acuerdo al informe, la región experimentó un aumento en la prevalencia del sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años entre 2000 y 2022, y en la prevalencia de obesidad en adultos entre 2000 y 2016, superando en ambos casos el promedio mundial.

Entre 2020 y 2022, en el contexto de la pandemia, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años aumentó ligeramente del 8,3 % al 8,6 % con un incremento mayor en Sudamérica, un aumento más leve en Mesoamérica y manteniéndose estable en el Caribe. En el año 2022, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años fue del 9,7 % en Sudamérica, 6,7 % en Mesoamérica y 6,6 % en el Caribe.