Lula, Petro, Sánchez y otros líderes pidieron acelerar la acción climática
Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de Colombia, Gustavo Petro y el rey Carlos III del Reino Unido son algunos de los líderes internacionales que urgieron a acelerar la acción climática y a eliminar la brecha entre la realidad y las promesas de mitigación, adaptación y financiación, al inaugurar la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Conferencia de las Partes (COP28) sobre cambio climático.
«El planeta está harto de acuerdos climáticos incumplidos, de objetivos de reducción de emisiones de carbono incumplidos», declaró el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien desembarcó en Dubai con una iniciativa internacional para proteger los bosques tropicales.
Las naciones están «hartas» de la «ayuda financiera para los países pobres que no llega» y de los «discursos elocuentes y vacíos», advirtió el mandatario, uno de los 140 líderes que participan de la COP28 en Dubai, inaugurada el jueves, hasta el 12 de diciembre.
«Hoy se emite un 12% más de CO2 en el mundo que en el 2010. Es decir, los sectores más ricos de la humanidad han expandido su consumo de carbono», pero siguen sin financiar el Fondo del Clima para los países en desarrollo, «tal como se prometió», expresó el mandatario.
Luego comparó la crisis climática con la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, la cual consideró «un ensayo general» de lo que le espera a la humanidad a causa del cambio climático, al afirmar que ese conflicto es producto de una crisis por recursos.
Sin transferencia de riqueza del Norte al Sur, el éxodo de las víctimas del cambio climático será de «miles de millones» de personas, advirtió Petro.
El sábado será el turno del presidente de Israel, Isaac Herzog, en una presencia que ya tuvo repercusiones.
El líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, anuló a última hora su participación, mientras que la delegación iraní abandonó las negociaciones en protesta por la presencia de la delegación de Israel, país al que considera «contrario a los objetivos y directrices de la conferencia».
Fuera de esa controversia, el rey Carlos III, un veterano defensor de la lucha contra el cambio climático, deseó «con todo el corazón» que la COP28 sea un «punto crítico de inflexión» hacia una acción transformadora en un momento en el que se están viendo cómo las advertencias de los científicos se están cumpliendo, informó la agencia de noticias AFP.
Y el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió a los países del G7 (el foro de las siete economías más industrializadas del mundo) que abandonen el carbón de aquí a 2030 para «dar el ejemplo».
Macron consideró que continuar invirtiendo en el carbón en todo el mundo es «un verdadero absurdo» en lo que respecta al objetivo de luchar contra el calentamiento global y agregó que, en una segunda etapa, «los países emergentes» también deben abandonarlo.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apostó en su discurso por una nueva fiscalidad internacional para acelerar esta lucha “que se rija por el principio de que quien contamina paga”.
Sánchez, que también representa la posición europea porque ejerce la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea (UE), agregó que se necesita «una nueva arquitectura que facilite el acceso a los fondos, elimine trabas e identifique nuevas fuentes» y subrayó que «los objetivos climáticos deben estar en el centro de las políticas económicas y fiscales»
En su intervención, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, animó a que más países se sumen a los mercados del carbono para «unir fuerzas» frente al cambio climático y ofreció la experiencia de la propia UE para ayudar a otros socios a ponerlos en marcha en el marco de la cita climática internacional.
En tanto, el secretario general de la ONU, António Guterres, definió el cambio climático como una «enfermedad» que «solo» los líderes internacionales «pueden curar».
«El límite de 1,5 grados solo es posible si finalmente dejamos de quemar todos los combustibles fósiles (…) No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”, aseveró el diplomático portugués.
El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, promovió el cambio «mediante un mayor uso de las energías renovables y la eficiencia energética, así como mediante un mayor compromiso con la educación para la ecología integral».
«Los medios económicos y técnicos para contrarrestar la crisis climática son necesarios, pero no suficientes», planteó Parolin, quien mañana leerá en Dubai el discurso que había preparado para la cumbre el papa Francisco, que no viajó por motivos de salud.
Con más de 80.000 delegados oficiales registrados, el doble del año pasado, la COP28 es considerada la conferencia del clima de los récords, luego de que se conociera que la ONU prevé que 2023 sea el año más cálido registrado hasta la fecha y el año en que se emitieron más gases de efecto invernadero que nunca.
Al ritmo actual, según los climatólogos, el planeta se encamina a un aumento de su temperatura media de entre 2,5 ºC y 2,9 ºC para fin de siglo, cerca del doble del objetivo ideal 1,5 ºC con respecto a la era preindustrial, el límite acordado en el histórico Acuerdo de París de 2015.
El Acuerdo de París
Los países que firmaron el Acuerdo de París (COP21) se comprometieron con una serie de planes nacionales de mitigación, adaptación y cambio energético (NDC por sus siglas en inglés).
y los resultados no fueron buenos, por lo que se les ha insistido para que renueven y mejoren sus compromisos, algo que apenas 38 países han hecho.
Está previsto que en Dubai se fije un nuevo marco general, nuevos objetivos, mucho más ambiciosos, y un refuerzo de la contabilidad y de la vigilancia mutua, un debate que promete largas y arduas jornadas de negociación.
La presidencia del evento está en manos de la séptima potencia petrolera mundial, lo que agrega desconfianza a las negociaciones.
Fondo de Pérdidas y Daños
Pero el presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, también presidente de la petrolera estatal Adnoc, obtuvo un triunfo diplomático en la apertura de la conferencia al lograr la aprobación por unanimidad del lanzamiento de un Fondo de Pérdidas y Daños en favor de los países más afectados.
Ese fondo, reclamado durante más de tres décadas por los países en desarrollo, fue negociado en un tiempo récord y empezará a funcionar en 2024 bajo el control del Banco Mundial, con una dotación inicial de unos 400 millones de dólares.
De aquí a 2030 es necesario, tan solo para los países en vías de desarrollo, una inversión total de hasta 5.900 millones de dólares para todos los aspectos de la lucha climática: mitigación de las emisiones, adaptación a la nueva realidad meteorológica, cambio de la matriz energética, entre otras.