Estrategias para lograr una huella ambiental positiva
La intención sin hechos no sirve para nada. A la hora de emprender el camino hacia los eventos sostenibles el objetivo parece tan inalcanzable que muchas veces se desiste en el empeño. Sin embargo, no somos conscientes de que, realizando pequeños cambios en nuestra forma de gestionar y concebir, podemos lograr grandes resultados.
¿Qué podemos hacer los responsables de las empresas de eventos para transitar hacia el objetivo net zero?
Una de las primeras cosas es reducir la huella de nuestro impacto. TODAS las actividades tienen un impacto. La buena noticia es que no todos los impactos son malos. Los impactos ambientales pueden ser positivos, si el medio se beneficia o mitigan el impacto negativo de otros, o negativos, si se perjudica el medio ambiente.
Para generar un impacto ambiental positivo debemos de pensar en el proceso total del evento. Esto implica trabajar durante la planificación, la ejecución y hasta el desmontaje final. Para ello, es necesario hacer un trabajo coordinado entre todos los departamentos y llevar una comunicación fluida. La sostenibilidad debe dejar de ser ese departamento aislado que actúa solo, para formar parte de la gestión integral y transversal de la empresa.
En la fase de planificación podemos reducir nuestra huella de varias maneras. Una de ellas es el ecodiseño. A la hora, por ejemplo, de construir una escenografía es importante tener en cuenta criterios como la energía que se necesitará para su creación o la cantidad de residuos que genere.
También en esta fase es primordial tener en cuenta una elección adecuada de materiales optando por materiales reciclables y/o reciclados y reutilizables.
El transporte es otro de los elementos en los que intervenir. Por ejemplo, proponiendo el uso de vehículos eléctricos o recompensando el uso de transporte público entre nuestros asistentes y practicando una logística sostenible de mercancías más eficiente en rutas y en aprovechamiento de cubicajes.
Si hablamos de la fase de ejecución un elemento que tiene una influencia directa en la huella es la selección del espacio del evento. En este sentido es importante darle prioridad a aquellos lugares accesibles por transporte público o que apliquen prácticas sostenibles como el uso de energías renovables, la gestión adecuada de los residuos, la eficiencia energética y el uso eficiente del agua.
En esta fase es imprescindible contemplar la contratación de productos y servicios locales de tal manera que reduzcamos la huella de carbono resultante del transporte.
Tanto en esta fase como en la de desmontaje hay un elemento que resulta el gran olvidado: la gestión de residuos. Durante el evento puede solucionarse implementando papeleras de reciclaje y compostaje en el espacio de celebración. En el desmontaje previendo un sistema de separación, recogida y reciclaje adecuado a través de gestores autorizados que nos aseguren una trazabilidad de los elementos recogidos.
Por último, cuando ya hemos hecho todo para reducir nuestra huella, debemos calcular la huella de carbono restante y, por supuesto, compensarla a través de proyectos de reforestación o de carbono neutral.
Todas estas iniciativas no parecen un esfuerzo titánico para los grandes beneficios medioambientales que se pueden obtener, pero si requieren de una hoja de ruta clara y, sobre todo, de una implicación transversal de todos los departamentos que intervienen en un evento.