Qué son los árboles líquidos y cómo es el proyecto argentino que busca así mitigar el calor urbano
Las olas de calor en las ciudades son cada vez más frecuentes. Esto tiene que ver con la aceleración de la crisis climática y con un fenómeno conocido como las “islas de calor urbanas” que se producen por el avance del asfalto y las construcciones de cemento y hormigón; a costa de la pérdida de espacios verdes y espejos de agua en las ciudades. Esto provoca que el calor acumulado durante el día se libere por la noche, y las temperaturas mínimas y medias se mantengan elevadas por un tiempo prolongado.
Esto pone en riesgo la salud y la vida de las personas, afectando el descanso y la capacidad de atención, y llegando a generar cuadros graves de deshidratación, especialmente en adultos mayores y en niños pequeños. A su vez, este fenómeno lleva a un aumento del uso de energía para refrigerar las viviendas, impactando en la economía y en la calidad de vida de los sectores más vulnerables.
Frente a este desafío, un equipo de emprendedores diseñó el proyecto Liquid Forest, una solución tecnológica para enfrentar las islas de calor en la ciudad de Buenos Aires. Se trata de “instalar árboles líquidos en las paradas de colectivo, para transformarlas en refugios de sombra con un doble impacto: protección del sol y concientización sobre la crisis climática”, comentó a Economía Sustentable, Melisa Kohan, una de las impulsoras del proyecto.
La iniciativa resultó finalista de la primera Climathon de Buenos Aires, organizada a fines de 2023 por la Cámara de empresas Climatech. Integraron el equipo, además de Kohan; Marco Aizen, Marcelo Di Nadai, Stefania Pereyra y Franco Bernal, quienes desde sus respectivos conocimientos y profesiones (dos diseñadores, un biólogo, un especialista en planificación urbana y una geóloga), apuntaron a ofrecer una solución integral.
Qué son los árboles líquidos
Los árboles líquidos consisten en paneles con paredes transparentes y microalgas de agua dulce. Allí, una bomba inyecta continuamente aire del entorno (con altos niveles de dióxido de carbono y contaminación) y hace circular el agua para que las algas, mediante la fotosíntesis, absorban el CO2 y liberen oxígeno, “como lo hacen los árboles, pero con mayor eficiencia y ocupando un espacio más reducido», explicó Kohan.
Esta solución fue desarrollada en Argentina por la empresa de base tecnológica Y-Algae, creada por Y-TEC junto a INBIOTEC-CONICET (Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología de Mar del Plata), que utiliza como componente activo, microalgas nativas del sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Uno de estos bio-paneles fue instalado en agosto de 2023 en una de las estaciones de servicio de YPF del barrio de Belgrano. El dispositivo, que se carga con agua de lluvia, funciona como prueba piloto para luego extender su funcionamiento a otras estaciones de servicio de la compañía.
Refugios de sombra
En principio, la propuesta de Liquid Forest es instalar los refugios de sombra en paradas de colectivos de los barrios porteños de Boedo y Almagro. Se trata de una de las comunas más densamente pobladas de la ciudad y con menor cantidad de espacios verdes (menos de 2 m2 por habitante, cuando la OMS recomienda al menos 10 m2 por habitante), según el índice elaborado por el Observatorio Gente en Movimiento.
“Participar de la Climathon y haber llegado a la final nos permitió pitchear nuestro proyecto ante inversores y mentores, con vista a poder escalarlo e implementarlo. Esta iniciativa se podría adaptar a distintas ciudades del país y la región, en la medida en que se hagan pruebas piloto”, destacó la integrante de Liquid Forest.
Se trata en definitiva de una solución complementaria o alternativa a la plantación de árboles, en los casos en que no sea posible por falta de espacio o de tiempo, dado que lograr el crecimiento de un ejemplar que pueda brindar sombra y capturar emisiones de CO2 considerables lleva entre 20 y 30 años.
En cuanto a la inversión necesaria para llevar adelante el proyecto, los emprendedores señalan que debido a la situación económica imperante (aceleración de la inflación a dos dígitos mensuales desde diciembre), es difícil evaluarla, ya que el presupuesto que armaron a fines de 2023 cuando presentaron el “pitch” ante inversores durante la Climathon, quedó desactualizado. Respecto de los plazos de ejecución, esperan poder llevarlo adelante en el segundo semestre de este año, si se estabiliza la economía.
Aunque en la actualidad los costos de producción aún son elevados como para pensar en la implementación masiva de tecnología de cultivo de microalgas en las ciudades, se proyecta que la brecha de rentabilidad pueda acortarse, disminuyendo los costos de construcción, operación y mantenimiento de los paneles para árboles líquidos en el mediano plazo.
Fuente: EconoSus
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