Lula da Silva inauguró una planta de etanol celulósico y dijo que nadie puede competir con Brasil en energías limpias
Raízen, el dueño de la marca Shell en Brasil y Argentina y líder en la producción de Bioenergía, inauguró su segunda planta de producción de etanol de segunda generación en Brasil, marcando un paso significativo en la industria de los biocombustibles. La compañía planea inaugurar otras cuatro unidades adicionales para la zafra 2025/26, lo que elevará su capacidad total de producción a 440 millones de litros anuales.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, estuvo presente en la ceremonia de inauguración y destacó el potencial del país para liderar la transición energética global y la producción de energías renovables. «Estamos lanzando la primera planta de escala industrial del etanol de segunda generación y colocando a Brasil en la delantera de las energías renovables», afirmó Lula.
Liderazgo en Energías Renovables
Lula enfatizó que Brasil tiene una ventaja competitiva en la producción de combustibles renovables y energías limpias. «El mundo va a tener que entender que Brasil es el país que tiene una mayor oferta de combustible renovable y de energía limpia. Nadie puede competir con nuestro país. Esto se confirma cuando veo que el bagazo de caña de azúcar se convierte en un combustible tan eficiente y limpio como el etanol de segunda generación», expresó.
La nueva planta está ubicada en el parque de bioenergía Bonfim, en Guariba, São Paulo, y ha requerido una inversión de 1.200 millones de reales (U$S 240 millones). Esta planta, que produce etanol celulósico a partir de residuos de biomasa del proceso de fabricación del etanol común, comenzó a operar en marzo y casi duplica la capacidad de la primera planta en Piracicaba, São Paulo, aumentando la producción total de Raízen a 112 millones de litros anuales.
Expansión Global y Demanda Internacional
Paulo Neves, vicepresidente de trading de Raízen, comentó que la compañía ya ha comercializado el 80% de la producción de sus nueve plantas, con una alta demanda proveniente principalmente de Europa. «Tuvimos una demanda muy grande, principalmente para Europa, para esta solución de etanol celulósico, que es competitiva y única en el mundo», afirmó Neves.
Raízen planea inaugurar dos nuevas unidades de producción de etanol de segunda generación (E2G) este año en el interior de São Paulo, y otras dos en 2025, cada una con una capacidad de 82 millones de litros anuales. Para la zafra 2025/26, la compañía proyecta alcanzar una producción total de 440 millones de litros por año.
Futuro del Etanol Celulósico
La empresa tiene la intención de reanudar la comercialización de contratos el próximo año, con el objetivo de continuar con su plan de crecimiento y alcanzar una meta de 20 plantas de E2G. Neves explicó que la decisión es de carácter comercial, buscando el mejor momento para expandir la tecnología. «Cada negocio nuevo que fuimos haciendo a lo largo del tiempo, fuimos haciendo comercialmente en condiciones mejores. El mejor negocio fue la novena planta, es una cuestión realmente de gestión de portafolio», añadió.
El etanol celulósico ha sido muy demandado por países que buscan acelerar su transición energética, especialmente en Europa, Japón y Estados Unidos. Su principal uso está asociado a la matriz de transporte, como aditivo en la gasolina para vehículos, y su interés está creciendo en aplicaciones como el combustible sostenible de aviación (SAF) y en los sectores de transporte marítimo y químicos.
Perspectivas en Brasil
En Brasil, donde el etanol común ya tiene una alta penetración entre los consumidores, se espera que la demanda por el E2G se desarrolle a largo plazo, impulsada por programas como el «Combustible del Futuro». «Es un ejemplo de una empresa que está invirtiendo para industrializar y producir una solución de alto valor agregado para el mundo a partir de Brasil, con tecnología líder», concluyó Neves.
Fuente: https://www.bioeconomia.info