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Café y té, ¿cuál es más sostenible?

El mundo se divide entre los bebedores de café y los de té, algo que viene bastante marcado por la cultura de cada país, pero donde también caben las preferencias personales. Si hablamos de impacto climático y ambiental, puede parecernos que el de estas bebidas debería ser menor comparado con el de nuestro consumo general de alimentos, y sin embargo su extensión global hace que en términos absolutos su huella sea muy considerable. Pero ¿cuál de las dos es más sostenible, en qué formato, con qué preparación?

BBVA-OpenMind-Yanes-Cafe y te cual es mas sostenible_1 El café y el té están extendidos por el mundo de forma desigual: gana el té, la bebida más consumida después del agua. Crédito: Design Pics Editorial/Universal Images Group via Getty Images.
El café y el té están extendidos por el mundo de forma desigual: gana el té, la bebida más consumida después del agua. Crédito: Design Pics Editorial/Universal Images Group via Getty Images.

Los orígenes del té y el café están revestidos de leyenda: del primero (Camellia sinensis), originario del este de Asia, se cuenta que en el año 2737 a.C. el emperador chino Shennong hervía agua bajo un árbol cuando el viento hizo caer alguna hoja dentro del recipiente. Sobre el café (Coffea arabica y C. canephora), nativo de Etiopía, se dice que hacia el 850 d.C. un cabrero llamado Kaldi encontró a sus animales bailando después de comer de esta planta. Las primeras evidencias reales son posteriores, y el té antecede en mucho al café: se cultivaba en China hace más de 2.100 años, mientras que del café no hay referencias anteriores al siglo XV en Yemen. En el mundo árabe se adoptó como sustituto del alcohol, no sin oposición religiosa.

LA HUELLA EN LA TIERRA

El café y el té están extendidos por el mundo de forma desigual: gana el té, la bebida más consumida después del agua. Curiosamente, los mayores consumidores de uno y otro no son los que primero vendrían a la mente: Finlandia es el país más bebedor de café, con 12 kilos por persona al año —cuatro tazas al día—, seguido por sus vecinos escandinavos. En cuanto al té, el primer puesto lo ocupa Turquía, con más de 3 kilos por persona al año, de tres a cuatro tazas al día, seguido por Irlanda que supera a Reino Unido.

Mientras que del té se utiliza la hoja, lo que se aprovecha del café es solo la semilla del fruto, por lo que se requiere mayor superficie de tierra; taza a taza, el café necesita casi 7,5 veces más terreno. Crédito: DoganKutukcu/Getty Images.

En cuanto a las cifras globales, justifican la preocupación por su impacto ambiental: cada día se consumen 3.750 millones de tazas de té y más de 1.000 millones de café. Se producen al año casi 11 millones de toneladas de café y más de 6 millones de té, ocupando respectivamente 11,4 y 5,1 millones de hectáreas de cultivo. Aquí se revela la primera diferencia: mientras que del té se utiliza la hoja, lo que se aprovecha del café es solo la semilla del fruto, por lo que se requiere mayor superficie de tierra; taza a taza, el café necesita casi 7,5 veces más terreno. 

Según Kamaljit Bawa (Universidad de Massachusetts) y Jianguo Liu (Universidad Estatal de Michigan), que en 2023 analizaron el impacto ambiental del café y el té, dado que además ambos cultivos se producen en regiones tropicales y subtropicales que acogen los ecosistemas más diversos del mundo, “la expansión del consumo de ambos productos y el cambio climático continuarán ejerciendo presión en la tierra y en la naturaleza que sostiene”.

BBVA-OpenMind-Yanes-Cafe y te cual es mas sostenible_3 La huella de carbono del café es de 0,16 kilos de CO2 por litro, frente a 0,064 para el té, es decir, 2,5 veces mayor; y la huella hídrica del primero es de 140 litros por taza, frente a 34 para el segundo, más de 4 veces mayor. Crédito: PEDRO PARDO/AFP via Getty Images.
La huella de carbono del café es de 0,16 kilos de CO2 por litro, frente a 0,064 para el té, es decir, 2,5 veces mayor; y la huella hídrica del primero es de 140 litros por taza, frente a 34 para el segundo, más de 4 veces mayor. Crédito: PEDRO PARDO/AFP via Getty Images.

El uso de las tierras no es el único parámetro en el que el té resulta más sostenible. Según Bawa y Liu, la huella de carbono del café es de 0,16 kilos de CO2 por litro, frente a 0,064 para el té, es decir, 2,5 veces mayor; y la huella hídrica del primero es de 140 litros por taza, frente a 34 para el segundo, más de 4 veces mayor. Los autores señalan que, aunque ambos cultivos crecen en regiones lluviosas, en periodos secos se utilizan aguas subterráneas y superficiales para el riego, y también se consume agua durante el procesamiento para la producción.

UN IMPACTO QUE VARÍA SEGÚN EL FORMATO

Las cifras de Bawa y Liu se refieren al café instantáneo o soluble preparado en agua, el formato con una menor huella de carbono. Esta aumenta con el café molido y con la leche que se añade. Según la experta en políticas ambientales Alice Garvey, de la Universidad de Leeds, una taza de expreso genera en torno a 20 gramos de CO2, pero esta cifra aumenta a casi 800 gramos en un café con leche. En cuanto a la elaboración, investigadores de la Universidad de Quebec revisaron los estudios publicados para calcular las emisiones de todo el ciclo de vida, desde el cultivo a la preparación de la bebida, pasando por el transporte y el procesado, e incluso los residuos y el lavado de las tazas.

Los resultados comparan cuatro formatos: café de filtro (25 gramos de café), las populares cápsulas (14 gramos), la cafetera francesa de émbolo (17 gramos) y el café soluble (12 gramos). La producción del propio café es la etapa de mayor impacto —el café certificado es preferible—, copando del 40 al 80% de las emisiones, pero hay diferencias; la mayor huella de carbono es para el café de filtro, por usar más producto y consumir más electricidad, y la menor corresponde al café soluble. Y hay sorpresas: aunque las cápsulas tienen mala prensa por su impacto ambiental, los autores descubren que son una opción más ecológica que el café de filtro, ya que permiten “optimizar la cantidad de café y agua por dosis”.

BBVA-OpenMind-Yanes-Cafe y te cual es mas sostenible_4 Aunque las cápsulas tienen mala prensa por su impacto ambiental, son una opción más ecológica que el café de filtro, ya que permiten “optimizar la cantidad de café y agua por dosis”. Crédito: EThamPhoto/Getty Images.
Aunque las cápsulas tienen mala prensa por su impacto ambiental, son una opción más ecológica que el café de filtro, ya que permiten “optimizar la cantidad de café y agua por dosis”. Crédito: EThamPhoto/Getty Images.

Así, las cápsulas ahorran entre 11 y 13 gramos de café, lo que a su vez reduce las emisiones en 59 gramos de CO2, mientras que la fabricación y desechado de las cápsulas solo emite 27 gramos. Sin embargo, los investigadores advierten: la conveniencia de las cápsulas puede aumentar el consumo, lo que anula el beneficio, y en cualquier caso deberían reciclarse o reutilizarse. Por supuesto, deben evitarse los vasos desechables; en la UE los de plástico están prohibidos desde 2021

El té tiene su propio problema de residuos, las bolsitas; las de malla de plástico han proliferado recientemente, pero incluso las de papel suelen llevar polipropileno en el sellado —hoy se tiende a reemplazarlo por el bioplástico ácido poliláctico—, y estos residuos generan microplásticos en la bebida y contaminación plástica en el medio ambiente. Las bolsitas compostables o el té a granel en bolas de infusión son las opciones más recomendables. Pero salvando estos aspectos, y según Bawa y Liu, el veredicto es claro: “En conjunto, el impacto ambiental de una taza de café es mucho mayor que el de una de té”.

Fuente Open Mind BBVA