La soja que viene: más producción sustentable y competitiva
No es el mejor momento de la soja en la Argentina. ¿Un dato? El país permanece estancado en una producción de entre 45 y 50 millones de toneladas desde hace más de una década, mientras que Brasil ha duplicado la producción.
“Esto se produce por la falta de inversiones en la industria y en logística, así como por la alta carga impositiva que afecta la competitividad de los productores argentinos. Estamos operando al 70 % de la capacidad, lo que refleja ineficiencias que impactan en toda la cadena de valor”, dijo dijo Ezequiel Cornejo, de Cofco.
Fue en el marco del Seminario Acsoja 2024 realizado en la Bolsa de Cereales de Rosario, con la participación de alrededor de 400 personas de manera presencial —con 1.000 asistentes virtuales— bajo el lema Retomando la curva con la esperanza de siempre.
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“A pesar de una cosecha 2023-24 favorable, el ritmo de comercialización es alarmantemente bajo, con sólo el 50 % de las existencias vendidas a precios de soja”, agregó Diego Lerini, de Molinos Agro.
“Esta situación está limitando la capacidad operativa de la industria. Por este motivo aliento por un tratamiento más equitativo de las retenciones en comparación con otros cultivos, lo que podría estimular las ventas y activar la actividad industrial”, comentó.
Los disertantes coincidieron en que la mejora de la logística y una posible reducción de las retenciones son esenciales para revitalizar la industria.
Cornejo expresó su esperanza de que el nuevo Gobierno implemente políticas que fomenten la desregulación y atraigan inversiones, mientras que Lerini subrayó la importancia de las importaciones temporarias y la competitividad en el mercado internacional.
Juan Tizado, de LDC, analizó el panorama de precios, advirtiendo sobre la caída de casi 90 dólares en los valores de Chicago en comparación con el año 2023 y apuntó que los Estados Unidos está experimentando una cosecha récord (lo que genera un contexto de oferta abundante).
“La Argentina enfrenta el desafío de mantener su competitividad en la exportación de harina de soja, especialmente ante la creciente capacidad de producción en otros países, básicamente los Estados Unidos, ya que duplicó sus exportaciones”, comentó.
Por su parte, Pablo Scarafoni, de Cargill, pronosticó el fin del superciclo de precios altos que había beneficiado a la cadena en las últimas décadas.
Scarafoni dijo que la desaceleración en la demanda china y el aumento de la producción brasileña y estadounidense obligan a la Argentina a adaptarse a un nuevo entorno competitivo, donde la agilidad y la estrategia serán claves para preservar su relevancia en el mercado global.
En otro instante, el panel se enfocó en la cuestión del biocombustible como motor de crecimiento para la industria.
Cornejo destacó que, tanto los Estados Unidos como Brasil, están aprovechando la oportunidad de destinar el 50 % de su aceite para la producción de biodiesel.
Incluyendo los costos de arrendamiento, en soja de primera la rentabilidad promedio da 5 % negativa.
“Esta tendencia, impulsada por mandatos energéticos, ha mejorado los márgenes de molienda en esos países y e incentiva las inversiones en plantas de molienda”, describió.
En este orden, expresó su preocupación por la falta de un marco regulatorio atractivo en la Argentina, lo que ha limitado la competitividad del biodiesel argentino en comparación con sus pares internacionales.
Lerini se sumó a este análisis enfatizando la necesidad de establecer una legislación de biocombustibles que no sólo fomente el crecimiento de toda la cadena agroindustrial, sino que aumente la capacidad de pago de los productores de soja.
“Un marco legal sólido podría estimular las ventas y fortalecer la industria, asegurando un crecimiento sinérgico que beneficie a todos los actores del sector”, señaló Lerini.
En este contexto, la plataforma Visec —creada para certificar que la soja que se va a exportar a la Unión Europea no proviene de zonas deforestadas después de 2020— se presenta como una herramienta clave.
Scarafoni mencionó que, a pesar de las regulaciones extremas en el sector de biocombustibles en la Argentina, Visec tiene el potencial de facilitar la trazabilidad y la certificación de productos necesarios para acceder al mercado europeo.
“Este sistema podría posicionar a la Argentina favorablemente en comparación con Brasil y los Estados Unidos, al ofrecer un marco de sostenibilidad y transparencia que los consumidores europeos demandan cada vez más”, afirmó.
Tizado coincidió en que Visec puede ser fundamental para simplificar los procesos de certificación.
“Además, la plataforma podría ayudar a descomprimir el camino hacia la descomoditización de productos, facilitando su integración en una economía más sostenible y competitiva”, aseguró Tizado.
La moderación del panel estuvo a cargo del especialista en mercados de FYO, Dante Romano, y de Josefina Vecino Beauge, de Visec.
Sobre el mercado
En el Panel denominado El mercado local y las perspectivas internacionales en un contexto complejo del Seminario Acsoja 2024, que contó la moderación de Armando Casalins, de la Federación de Acopiadores, Fabricio Silvestri, miembro del consejo directivo del MatbaRofex, repasó las posibilidades que ofrece ese mercado de futuros para los productores agropecuarios.
“En los últimos 20 años hemos incorporado los mercados y futuros financieros, que fueron clave. Y creo que es parte del futuro del negocio agroindustrial en la Argentina”, dijo.
“Como pilar y como propósito tenemos la libre formación de precios, la transparencia y en años como el actual, o en otros que hemos vivido últimamente, tenemos herramientas que ayudan, que simplifican nuestra dinámica, nuestra operatoria de trabajo, frente al clima, precios, cuestiones internacionales, y más interacciones que afectan al negocio en un contexto muy incierto”, comentó.
En tal sentido, los futuros agropecuarios han aumentado significativamente, ya que el MatbaRofex marcó un récord —en 2024— con casi 8 millones de toneladas operadas.
“Venimos creciendo año tras año y la verdad es que se trata de una muy buena noticia. Esto ratifica que es una herramienta habitual de utilización para las estrategias y coberturas de precios en el mundo agro”, aseguró.
Diego Lerini (izq.), Juan Tizado, Ezequiel Cornejo y Pablo Scarafoni, del panel sobre la industria en Acsoja 2024.
Además, recordó que a través del mercado de futuros se puede originar y recibir mercadería física. Y en el mercado de capitales, MatbaRofex ofrece opciones de inversión en diferentes mercados de capitales y también para el financiamiento.
“Hoy, los mercados somos una empresa de tecnología, no sólo un mercado de futuros. A los ya conocidos de dólar, se suman futuros de oro, petróleo y commodities internacionales. Hemos creado un futuro de acciones llamado Rofex 20, que es una representatividad en el mercado de capitales y que tiene muy buena utilización. Como novedad está el índice o el futuro de Bitcoin lanzados hace más de un año. Y estamos trabajando sobre los warrants, sobre la posibilidad de emisión y registración para obtener financiamiento”, detalló.
Gonzalo Agusto, de la Bolsa de Cereales de Córdoba, habló de los márgenes y resultados en su provincia.
“En diciembre de 2015, cuando el gobierno de Mauricio Macri eliminó los derechos de exportación y se produjo una mejora relativa del precio del maíz respecto de la soja, comenzó un incremento continuo en la superficie del cereal en detrimento de la oleaginosa. Pero este año, por temor a la chicharrita y a la enfermedad del apacharramiento, se espera una caída de 900.000 hectáreas de maíz, de las cuales, unas 670.000 Has. irán a soja. Por eso vamos a tener una de las mayores áreas sojeras de las últimas 8 o 9 campañas”, explicó.
Agusto añadió que la rentabilidad de soja para la campaña 2024/25, con uno de los menores precios de los últimos años, un empeoramiento de la relación de insumo producto y el alto costo de arrendamiento, está complicada.
“Incluyendo los costos de arrendamiento, en soja de primera la rentabilidad promedio da 5 % negativa. Si vemos cuál es el mejor planteo en términos de rentabilidad, en el centro y sur de Córdoba nos da mejor el maíz temprano o tardío, y en el norte de la provincia daría mejor soja, pero también muy parejo con los planteos de maíz”, detalló.
“Sin cambio de los derechos de exportación, la rentabilidad es negativa en gran parte de la provincia de Córdoba y en gran parte del país. El maíz, a pesar de tener una mejor rentabilidad, va a ser la alternativa menos sembrada, principalmente en el norte de la provincia, por temor a la chicharrita, entonces vamos a tener una mayor área de soja, contrariamente a lo que uno podría esperar por la cuestión de la rentabilidad”, concluyó Agusto. (Fuente: Prensa Mascom).
Terré: “Seguimos con un poder de compra muy erosionado”
“Podemos ver que, con la reciente baja, los precios en dólares se estabilizaron o intentaron una tímida recuperación, pero aún estamos en los niveles más bajos desde 2020”.
Lo dijo Emilce Terré, jefa del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el Panel denominado El mercado local y las perspectivas internacionales en un contexto complejo del Seminario Acsoja 2024.
Asimismo, mostró que el poder de compra de la soja en pesos constantes está, hoy, en mínimos desde 2018.
“La caída no se ha detenido y estamos nuevamente con un poder de compra muy erosionado respecto de lo que vimos en los últimos años. Este es otro partido, donde los números empiezan a estar mucho más ajustados”, afirmó.
Emilce Terré, jefa del DEE de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según cifras oficiales, para la campaña actual se llevan compradas casi 28 M/T, cuando el promedio —de los últimos 5 años— es de 27 M/T. “Esto es, las ventas están en línea con lo que es normal a esta altura del año”, dijo Terré.
Las operaciones se hicieron con un 76 % de precios en firme cuando el promedio es de 77 %. Así entonces, la campaña de soja actual avanza como suele hacerlo en forma habitual.
Terré advirtió que este año, con precios más bajos, están ingresando menos dólares del agro, ya que vende al menor precio de los últimos casi 5 años, y la rentabilidad se ajusta para toda la cadena (también para las previsiones del mercado de divisas).
“Uno podría tener la sospecha de que, si los precios bajan, la industria va a estar comprando más barato y mejorando su rentabilidad; sin embargo, el margen teórico de la industria y de la exportación están en terreno negativo”, explicó.
“Los márgenes brutos, tanto para comprar poroto y exportarlo como tal, como para procesarlo y exportarlos como harina y aceite, están hundidos en terreno negativo y eso implica también esa rentabilidad del sector comprador”, explicó.
La analista de la BCR indicó que parte del crushing se está haciendo con soja importada. Hasta agosto se compraron 3,7 M/T, que es el segundo mayor registro en los últimos años, sólo por detrás del año pasado (de la gran sequía).
Las exportaciones del complejo soja rondan los 4,5 M/T de poroto, las de harina suman 16,6 M/T y 3 M/T las de aceite. “Esta suma es alrededor del 66 % de las exportaciones que estimamos para toda la campaña. El ritmo de ventas al exterior está en línea con lo usual para esta altura del año e, incluso, algún punto por encima”, dijo Terré.
En la nueva campaña, en soja de primera para un rinde de 40 quintales promedio, el margen en campo propio da positivo (aunque bastante ajustado), mientras que en campo alquilado da negativo por U$S 80.
En soja de segunda, para el planteo trigo-soja hay números positivos con un rinde promedio de 35 quintales, ya con 30 Q daría resultado negativo. “Es un partido distinto al que se jugó en los últimos años y habrá que hacer un esquema financiero y de cobertura de los precios muy cuidadoso para asegurar la rentabilidad este año”, explicó.
La soja se expandiría a 17,7 M/H, la superficie sembrada más alta desde la campaña 2017-2018. “Con un rinde promedio nacional de 30 Q/H, la producción podría llegar a los 52 o 53 M/T”, sostuvo Terré.
“Del lado de la demanda los márgenes brutos siguen en terreno negativo. Y esto nos habla de una industria que no va a estar desesperada por salir a comprar más de lo que suele comprar; al contrario, va a tener que cuidar sus números”, señaló.
“Con estos márgenes es muy difícil pensar en un boom de negocios, tanto para el productor como para la industria. Toda la cadena está muy justa y por eso vemos al final de la campaña un potencial de suba de los stocks finales. De ser este el escenario y no cambiar la rentabilidad de la cadena a nivel global, a nivel macroeconómico podemos tener una demanda bastante más pesada que otros años”, admitió.
Según su análisis, las exportaciones del complejo sojero para el año que viene quedarían por debajo de los U$S 19.000 millones (considerando la caída de los precios internacionales).
Por: La Nueva