Reino Unido: protección de la salud infantil con sensores de contaminación del aire en interiores de bajo costo
Los niños del Reino Unido pasan el 14,1% del año escolar, un microambiente importante para la exposición a la contaminación del aire durante la infancia.
Garantizar una calidad saludable del aire en interiores es vital para proteger la salud de los niños, por lo que los investigadores de la Universidad de Birmingham han desarrollado una forma de bajo coste para controlar las fuentes de contaminación por partículas en suspensión en las aulas y determinar si se originaron dentro o fuera de la sala.
Aulas con aire limpio
Durante dos semanas, se controló la calidad del aire en tres aulas de un colegio de una zona urbana de Cardiff para detectar partículas en suspensión (MP), pequeñas partículas clasificadas según su tamaño: gruesas, con un diámetro de entre 2.5 y 10 micras; finas, con un diámetro de 2,5 micras o menos; o ultrafinas, con diámetros de 0.1 micras o menos. Las partículas, como el polvo o los alérgenos, pueden entrar en los pulmones y provocar irritación, asma o incluso cáncer de pulmón.
Los sensores de contaminación del aire con contadores ópticos de partículas (COP) instalados en un aula de estudios religiosos, un aula de estudios ingleses y un aula de economía doméstica permitieron a los investigadores aislar las fuentes de contaminación del aire en cada habitación y determinar si provenían del interior o del exterior.
“La calidad del aire interior se está convirtiendo en uno de los factores más importantes para la salud pública, ya que las personas pasan mucho más tiempo en espacios interiores que al aire libre”, afirma Owain Rose, coautor y miembro del programa Clean Air Fellow.
“Al combinar sensores de contaminación del aire de bajo costo con algoritmos para determinar la fuente de contaminación, podemos comprender los factores que afectan la calidad del aire interior en una escuela típica del Reino Unido, midiendo las concentraciones de contaminación del aire durante una semana escolar típica y el período de vacaciones posterior”.
Datos condenatorios
Los datos revelaron que entre el 93 % y el 98 % de los contaminantes MP1 se originaron fuera del edificio. A medida que aumentaba el tamaño de las partículas, este porcentaje disminuía, y las fuentes exteriores representaban el 74-89 % de las MP2.5 y el 19-40 % de las partículas MP10 más grandes, respectivamente.
La ubicación del aula dentro de la escuela, cómo se utilizaba (qué lecciones y con qué frecuencia) y si el piso del aula era duro o alfombrado también afectaron las concentraciones de MP.
Los niveles de MP se mantuvieron dentro de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud mientras los estudiantes estuvieron en el edificio durante el horario escolar; las fuentes dominantes de MP1 y MP2,5 provenían del exterior, mientras que las partículas MP10 más gruesas provenían principalmente de fuentes interiores.
“Nuestro enfoque se puede trasladar fácilmente a otros lugares interiores del mundo y podría ampliarse debido a su bajo coste”, afirma Catrin Rathbone, becaria Clean Air de la Universidad de Birmingham. “Permitiría gestionar la calidad del aire en lugares cruciales para la salud pública y los resultados educativos de los niños”.