Acaba la Edad del Oil & Gas, comienza la Era de la Electricidad
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha presentado hoy el más emblemático de sus informes anuales, World Energy Outlook, WEO (Perspectivas Energéticas Mundiales), documento que cada año pretende, por una parte, constituirse en la gran radiografía global de los mercados energéticos, y, por otra, en la brújula que apunta o aventura (unas veces con más y otras con menos fortuna) las tendencias a futuro. La edición WEO 2024 incluye una previsión principal (la electrificación de la economía es cada vez más rápida) y plantea dos conclusiones: si tenemos en cuenta las políticas actuales, (1) las fuentes «bajas en emisiones» -señalan los autores del informe- están llamadas a generar más de la mitad de la electricidad global antes de 2030 y (2) la demanda de carbón, petróleo y gas -añaden- alcanzará su pico a finales de esta década, es decir, que la quema de combustibles fósiles para generación de energía va a seguir creciendo durante los próximos años (pese a su grave impacto en materia de cambio climático), pero que, al menos, está llamada a alcanzar su pico en los próximos cuatro o cinco cursos, momento a partir del cual esa demanda (la de los combustibles fósiles) descenderá.
En lo más claramente positivo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destaca también dos extremos: (1) WEO 2024 recalca que el despliegue de nueva potencia renovable ha alcanzado una velocidad extraordinaria en el año 2023 (más de 560 gigavatios han sido instalados ese año, según la AIE) y (2) insiste en que las fuentes limpias de energía están penetrando en el sistema energético global a un ritmo «sin precedentes». Eso sí: ese despliegue se encuentra aún muy lejos de ser homogéneo en tecnologías (mientras la eólica o la fotovoltaica están disparadas, la geotermia o la termosolar avanzan muy despacio) y se halla así mismo muy lejos (el despliegue de nueva potencia renovable) de ser uniforme en todos los mercados (mientras China, por ejemplo, da pasos agigantados en su transición energética hacia la descarbonización, África avanza muy lentamente).
Inversiones billonarias
La inversión es otro de los ítems que repasa la Agencia en esta su última edición de Perspectivas. Y ahí los números también son extraordinarios. Según WEO 2024, las inversiones que están recibiendo los proyectos de energías limpias se aproximan a los dos billones de dólares (Bloomberg New Energy Finance estimaba el pasado mes de enero que esa inversión había alcanzado los 1,8 billones en 2023). El volumen ahora de inversión (esos dos billones que estima AIE) supera la inversión combinada en proyectos nuevos de petróleo, gas y carbón.
Más inversión y menos coste por unidad
Por otra parte -añade el informe WEO-, los costes de instalación de nueva potencia renovable vuelven a caer, tras la subida derivada de la pandemia. Todo ello -concluye el informe- ha hecho posible que ahora mismo haya 4.250 gigavatios de potencia renovable en todo el mundo, y que sea posible «casi» -así lo estima la Agencia- alcanzar los 10.000 gigas de potencia REn en 2030, es decir, que estaríamos «cerca del objetivo de triplicar establecido en la CoP28 y más que suficiente como para cubrir el crecimiento de la demanda global de electricidad y hacer declinar la generación de carbón».
El informe WEO24 también vislumbra un pico inminente para las emisiones globales de dióxido de carbono, pero no prevé -alertan desde la Agencia- una caída importante de esas emisiones tras ese pico, «lo que significa que el mundo está en ruta hacia un incremento de 2,4ºC de la temperatura media global a finales de este siglo, muy por encima del objetivo fijado en el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a un +1,5ºC». En este sentido, la Agencia subraya el estrecho vínculo que une el cambio climático con la seguridad de suministro. En muchas áreas del mundo -dice-, los eventos meteorológicos extremos (como olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas), intensificados por décadas de elevadas emisiones, están planteando ya a los operadores de los sistemas energéticos enormes desafíos en materia de seguridad y fiabilidad.
[Bajo estas líneas, previsiones de evolución de la capacidad de exportación de gas natural licuado; el gas natural, cuyo componente principal es el metano, es un combustible fósil cuya quema produce emisiones de gases de efecto invernadero]
Datos AIE
Según WEO24, entre 2013 y 2023, la cuota de combustibles fósiles en el mix energético global ha caído dos puntos: 82% en 2013 a 80% en 2023. Sin embargo, en ese lapso, la demanda de energía ha crecido quince puntos (+15%). El 40% de ese crecimiento ha sido atendido por las energías limpias.
En las economías avanzadas, la demanda total de energía ha caído una media de medio punto anual (-0,5%) durante la década. Este grupo -el de las economías avanzadas- alcanzó el pico de demanda del petróleo en el año 2005; mientras que el carbón se encuentra allí en fase descendente estructural desde 2008; y la demanda de gas natural ha parado de crecer. La nuclear también cae medio punto al año (-0,5%) y las renovables crecen, desde 2013, a razón de tres puntos anuales (+3%).
En los mercados emergentes y economías en desarrollo (grupo que incluye casi el 85% de la población mundial), la demanda de energía ha crecido más de dos puntos (+2,6%) al año durante la última década. Las causas principales de ese incremento han sido el aumento de la población, que ha crecido en más de 750 millones de personas en ese lapso; el crecimiento del 50% del tamaño de la economía; y un crecimiento de cuarenta puntos (+40%) en la producción industrial.
Pero quizá el dato más llamativo sea el correspondiente a la previsión de demanda eléctrica. La demanda de electricidad ha crecido dos veces más deprisa que la demanda de energía entre los años 2010 y 2023, según este informe WEO24, pero es que la Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda de electricidad va a crecer hasta seis veces más rápido que la demanda de energía entre los años 2023 y 2035. Y ello va a ser así por lo apuntado al principio, o sea, por la electrificación de la demanda: muchos usos (como las calefacciones domésticas, el transporte o la producción del calor que necesitan muchos procesos industriales) son ahora atendidos por combustibles fósiles (diésel, gasóleo de calefacción, gas natural), pero esos usos serán satisfechos mañana con electricidad, electricidad además de origen renovable.
Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía
«En la historia de la energía, hemos sido testigos de la Edad del Carbón, la Edad del Petróleo, y ahora estamos transitando a gran velocidad a la Edad de la Electricidad, que definirá el sistema energético global, un sistema que estará crecientemente basado en fuentes limpias de electricidad (…). Así como sucede en lo que se refiere a muchas otras tendencias energéticas, China es una protagonista importante de todo esto que está ocurriendo. Tanto si nos referimos a inversión, como si hablamos de demanda de combustibles fósiles, consumo de electricidad, desarrollo de renovables, mercado de vehículo eléctrico o fabricación de tecnologías limpias, nos encontramos ahora mismo en un momento en el que casi cada historia de energía es una historia que se está escribiendo en China. Solo un ejemplo: la expansión solar de China está sucediendo ahora mismo a un ritmo tal que, a principios de la década que viene, en menos de diez años, la capacidad de generación del parque solar fotovoltaico nacional chino podría exceder, él solo, la demanda de electricidad que tiene actualmente Estados Unidos»
Conclusiones principales del informe, según la AIE
• Habida cuenta de las políticas actualmente vigentes, el mundo se dispone a entrar en un nuevo contexto de mercado energético en los próximos años, un contexto que va a estar marcado por continuos riesgos geopolíticos, pero también por un suministro de energía relativamente abundante gracias a las múltiples fuentes y tecnologías de generación de energía. Esto incluye un suministro mayor de petróleo y gas natural licuado, que se avecina para esta segunda mitad de la década de los veinte, incremento que se va a producir de manera simultánea al exceso de capacidad de producción de algunas tecnologías limpias de generación de energía, sobre todo solar y baterías. Ello probablemente presionará a la baja los precios de la energía, en función en todo caso -se cura en salud la AIE- de cómo vayan desenvolviéndose las tensiones geopolíticas.
Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía
“En la segunda mitad de esta década, la previsión de un suministro más abundante, o incluso excedentario, de petróleo y gas natural, que va a depender en todo caso de cómo evoluciones las tensiones geopolíticas, podría llevarnos a un escenario energético global muy diferente del que hemos vivido en los últimos años, durante la crisis energética global. Estoy hablando de un escenario que implica presión a la baja sobre los precios, que va a aliviar a los consumidores que se han visto duramente golpeados por los últimos picos de precios. Pues bien, ese alivio de los precios de los combustibles fósiles puede darle una ventana de oportunidad a los legisladores para enfocarse en avanzar en la inversión en las transiciones hacia las energías limpias y hacia la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles. Esto significa que las políticas gubernamentales y las elecciones de los consumidores tendrán enormes consecuencias sobre el futuro del sector energético y sobre la lucha contra el cambio climático»
• La electrificación avanza. Ha crecido al doble que la demanda de energía total a lo largo de la última década. Dos tercios del incremento de demanda de electricidad a lo largo de este período han venido de China. Y la AIE cree que la tendencia va a consolidarse, e incluso acelerar su velocidad en los próximos años. Según el escenario base perfilado por la Agencia según las actuales políticas, China podría sumar a su demanda, cada año, el equivalente a la demanda anual de Japón. El crecimiento podría ser mayor incluso si la política nacional china y las políticas globales refuerzan su apuesta por el horizonte cero ceodós.
• El informe World Energy Outlook (MWO) 2024 de la Agencia Internacional de la Energía concluye también con contundencia que son y van a ser necesarias mayores inversiones en energías renovables, redes eléctricas y almacenamiento para avanzar en la transición energética hacia ese horizonte de descarbonización. En ese sentido, la AIE advierte que a día de hoy por cada dólar invertido en la instalación de nueva potencia renovable (1 $), solo se invierten sesenta céntimos (0,6 $) en redes y almacenamiento, lo cual representa todo un problema, pues para asegurar la descarbonización del sector eléctrico -sostiene la AIE- hace falta más redes y más almacenamiento. Habría que equilibrar la proporción -apuntan- al menos hasta alcanzar el 1-1. «En la actualidad -añaden desde AIE-, muchos sistemas eléctricos son vulnerables a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, por lo que es necesario reforzar su resiliencia».
• A pesar del gran momento que están viviendo las energías renovables, crecientes en todo el mundo, la transición energética hacia el cero ceodós (descarbonización) aún se encuentra lejos de la velocidad necesaria para alcanzar ese horizonte en el plazo comprometido. El World Energy Outlook (WEO) 2024 incluye análisis sobre la velocidad a la que podrían crecer en el futuro las diferentes tecnologías renovables y la movilidad eléctrica, en qué medida podría crecer la demanda de gas natural licuado, y cómo las olas de calor, las políticas sobre eficiencia energética y la emergencia de la inteligencia artificial podrían afectar a la demanda de electricidad en el futuro.
• El informe de la Agencia alerta por otro lado sobre las dificultades que está encontrando a día de hoy la transición energética en algunas regiones del mundo. Entre ellas destacan los altos costes financieros, que están limitando la competitividad de las tecnologías limpias de generación de energía allí donde más necesarias resultan. La AIE señala como las más afectadas «aquellas economías en desarrollo en las que precisamente las tecnologías limpias pueden revertir mayores beneficios en materia de desarrollo sostenible y reducción de emisiones». Simultáneamente, la imposibilidad de acceso a la energía en muchas regiones (por parte de muchas poblaciones) sigue constituyendo -denuncia la AIE- el mayor problema de inequidad energética a día de hoy en el mundo. Según los datos que maneja AIE, ahora mismo hay 750 millones de seres humanos, predominantemente en el África subsahariana, que carecen de acceso a la electricidad y más de 2.000 millones sin combustibles limpios para cocinar.
La Agencia Internacional de la Energía (International Energy Agency, IEA) está preparando una Cumbre Internacional sobre el Futuro de la Seguridad Energética (International Summit on the Future of Energy Security), que ha previsto para la segunda mitad del año 2025. Auspiciada por el Gobierno de Reino Unido, tendrá lugar en Londres y servirá para «evaluar los riesgos existentes y emergentes a los que ha de hacer frente el sistema energético global». La Cumbre quiere poner el foco en las «soluciones y oportunidades» que abre ese escenario. Además -informa AIE-, y con el objetivo de explorar lo que puede implicar la Inteligencia Artificial (IA) para el sector energético, la Agencia auspiciará el evento Global Conference on Energy & AI en su sede principal, en París, los días 4 y 5 del próximo mes de diciembre. «Participantes de alto nivel discutirán en París -explican desde la AIE- en qué medida las tecnologías de Inteligencia Artificial pueden cambiar la manera en que el mundo produce, usa y distribuye la energía».
La Agencia Internacional de la Energía presenta así su WEO2024
La última edición de Perspectivas Energéticas Mundiales examina las tendencias de los mercados energéticos, la evolución de las incertidumbres geopolíticas, las tecnologías emergentes, los avances en materia de transición energética limpia y los crecientes impactos del cambio climático, factores todos los cuales están cambiando el significado de la seguridad de suministro de energía. Habida cuenta de todo ello, la conclusión del informe WEO 2024 es que las tensiones geopolíticas están incrementando los riesgos tanto para la seguridad de suministro de energía como para la acción global en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y cambio climático.