«La tala ilegal y la falta de fondos amenazan la conservación de los bosques en Salta»
En un contexto de creciente debate sobre el equilibrio entre la producción agropecuaria y la preservación del medio ambiente, el ministro de Ambiente y Producción Sustentable, Martín de los Ríos, abordó uno de los temas más complejos y cruciales para el desarrollo sostenible de la provincia: cómo producir sin comprometer la conservación de los recursos naturales. En una reciente entrevista, el funcionario subrayó que la dicotomía entre producción y ambiente es un planteo obsoleto que debe ser superado. «Agro y ambiente van de la mano», expresó enfáticamente, señalando que en Salta se está transitando el camino hacia una producción eficiente, apoyada en prácticas tecnológicas que permiten conservar lo que es necesario.
El ministro destacó los avances que la provincia ha logrado en la implementación de sistemas de producción sustentable, tales como la ganadería bajo bosque nativo y el uso de tecnologías que favorecen la descarbonización.
Aún sigue la mirada de ambiente versus producción. Como ministro de la Producción ¿cuáles son hoy los desafíos más grandes en estos dos aspectos?
Lo primero que haría es eliminar la palabra «versus». Agro y ambiente van absolutamente de la mano, no solo es posible, sino que debe ser nuestro objetivo producir conservando. Todo lo que se debe conservar, debe conservarse, pero al mismo tiempo hay que producir con eficiencia. Hoy en día, la tecnología y los distintos modos y mecanismos de intervención bajo el bosque nativo permiten demostrar científicamente que es totalmente posible. Hay muchos sistemas que impactan favorablemente en el ambiente, como la ganadería regenerativa. Hablo de prácticas como la ganadería bajo bosque, que ya está comprobado que contribuyen a la descarbonización mundial, permitiendo a los productores vivir dignamente y siendo amigables con el medio ambiente. Son cuestiones íntimamente relacionadas y ese es el camino que estamos transitando en Salta.
Es importante señalarlo, Ministro, porque muchas veces se plantea la producción y el desarrollo sustentable como opuestos, de ahí la palabra «versus». Todavía existen prácticas que no están tan desarrolladas, como la siembra directa o el uso de pasturas bajo bosque nativo, y eso parece chocar con la demanda de alimentos que necesita la población mundial. ¿Cómo enfrentamos esos desafíos?
Los seres humanos tenemos dos grandes desafíos. El primero es cuidar nuestro hogar, nuestro planeta, y el segundo es generar los alimentos que la población mundial necesita. Estas dos cuestiones son imprescindibles y deben ser amigables entre sí. Por eso insisto en que debemos eliminar el «versus». Las hectáreas de tierra no se reproducen, siguen siendo las mismas. Entonces, tenemos que ser más eficientes y producir más en la misma superficie, utilizando tecnología que nos permita conservar lo que debe ser conservado.
Salta es un ejemplo en este sentido. Somos la provincia con mayor superficie bajo bosque nativo en Argentina y tenemos una gran cantidad de hectáreas bajo un alto poder de conservación. Pero cuidar el bosque, conservándolo y produciendo al mismo tiempo, requiere recursos. Si los bosques no son cuidados, se degradan. Esto lo vemos con el flagelo de la tala ilegal, que es difícil de combatir. Además, si no hay un debido cuidado, los incendios pueden destruir en minutos lo que se ha preservado por años. Por eso es importante intervenir de manera sustentable, como lo hacemos en Salta, donde producimos bajo bosque con prácticas amigables, usando tecnologías que cuidan el agua y honran el medio ambiente. Somos una provincia a la vanguardia en sustentabilidad ambiental.
En relación con lo que usted menciona sobre producir conservando, y cuidando los bosques, hace poco se conoció la noticia de que la Nación eliminó el fondo fiduciario para la Ley de Bosques. ¿Cuál es la posición de la provincia sobre este recorte al fondo fiduciario?
Permítame tomar unos minutos para explicar cómo funciona la Ley de Presupuestos Mínimos, la famosa Ley Bonasso. Esta es una ley nacional que regula el manejo de los recursos naturales, pero a mi juicio es inconstitucional, porque los recursos naturales son originarios de las provincias, según nuestra Constitución Nacional. Sin embargo, la ley se aprobó y generó un conjunto de obligaciones para las provincias, como la conservación de ciertas áreas, y también preveía un fondo fiduciario para compensar esas restricciones. Este fondo debía financiarse con un porcentaje del PBI y de las retenciones agropecuarias, pero nunca se cumplió lo que establece la ley. Salta ha recibido históricamente menos del 10% de lo que le correspondía.
Lo que ocurrió ahora es que, además de no cumplir con ese porcentaje, se disolvió el fideicomiso que administraba esos fondos. La información que tenemos es que el fondo no fue eliminado, solo el fideicomiso, pero aún estamos esperando que se defina un nuevo mecanismo para distribuir esos recursos. El COFEMA se está reuniendo en este momento para discutirlo y algunas provincias han planteado incluso la posibilidad de presentar un amparo. Lo que nosotros pedimos es que se cumpla la ley y que Salta reciba los fondos que necesita para conservar sus bosques.
¿En lo que va del año, Salta ha recibido algún fondo por la Ley de Bosques?
Sí, Salta ha recibido fondos, aunque muy por debajo de lo que establece la ley. Este dinero no es para el gobierno provincial, sino para los propietarios de tierras que deben conservar el bosque y cuyos derechos de propiedad están limitados por la normativa. Son proyectos de conservación financiados por la ley, pero con mucho menos de lo que realmente se debería aportar. Este mínimo lo seguiremos recibiendo, incluso sin el fideicomiso, porque es un mandato legal.
Lo que a mí me gustaría es tener una discusión más profunda: o cumplimos la ley y recibimos lo que nos corresponde, o derogamos la ley si la Nación no puede cumplirla. Nosotros en Salta sabemos cómo cuidar nuestros bosques y cómo financiar su preservación. Lo que no puede pasar es que se establezcan obligaciones para las provincias, pero no se cumplan las obligaciones de la Nación.