Descubren las preocupantes consecuencias ambientales de la minería ilegal de oro
La minería ilegal de oro es una práctica extendida en Brasil, especialmente en biomas como la Amazonía, el Pantanal, el Cerrado y la Mata Atlántica. Esta actividad no regulada provoca la liberación de carbono almacenado en el suelo y un aumento significativo de mercurio, un metal altamente tóxico. Estudios recientes registraron pérdidas de carbono de hasta el 50 % y aumentos del 70 % en la disponibilidad de mercurio, especialmente durante la estación seca.
Los riesgos de la minería ilegal en Brasil
La minería ilegal genera dos impactos ambientales principales:
- Aumento de emisiones de carbono: La extracción de oro libera dióxido de carbono, contribuyendo al calentamiento global y alterando la dinámica climática.
- Contaminación con mercurio: Este metal, utilizado en la minería para separar el oro, contamina el suelo y los cursos de agua, afectando directamente a las comunidades que dependen de estos recursos.
El mercurio es bioacumulativo, lo que significa que se concentra en la cadena alimentaria. Los alimentos cultivados cerca de las zonas mineras, así como el pescado consumido por comunidades ribereñas e indígenas, presentan altos niveles de contaminación, creando un problema crítico de salud pública. La exposición prolongada puede causar daños renales, neurológicos y cardiovasculares.
Impacto en los principales biomas
El Amazonas y el Pantanal son los biomas más afectados debido a su clima cálido y húmedo, que acelera la descomposición de la materia orgánica y la liberación de carbono, además de facilitar la movilidad del mercurio en el suelo.
En el Cerrado, la estación seca intensifica la pérdida de carbono y la concentración de mercurio, mientras que las lluvias de la estación húmeda reducen la oxigenación del suelo, complicando aún más la regeneración.
Por otro lado, la Mata Atlántica, que ha experimentado una disminución en la actividad minera, muestra signos de recuperación con la estabilización del mercurio y el retorno de la vegetación. Este bioma demuestra que la regeneración es posible cuando cesan las actividades destructivas.
Biocarbón: una solución sostenible
El mercurio es utilizado en la minería para formar amalgamas que permiten extraer el oro. Sin embargo, este proceso deja residuos tóxicos que contaminan los ecosistemas. Una solución prometedora para reducir los riesgos de contaminación es el uso de biocarbón producido a partir de semillas de açaí.
De acuerdo con el informe de Meteored, el biocarbón tiene la capacidad de retener metales tóxicos y mejorar la calidad del suelo. Además, su producción aprovecha residuos disponibles en la región amazónica, ofreciendo un enfoque sostenible y eficiente para mitigar el daño ambiental causado por la minería ilegal.
La minería ilegal de oro no solo pone en peligro los ecosistemas de Brasil, sino también la salud de las comunidades locales y el equilibrio climático global. Aunque el daño es significativo, soluciones como el biocarbón podrían marcar la diferencia, resaltando la importancia de combinar innovación y sostenibilidad para proteger el medio ambiente y garantizar un futuro más seguro para todos.