El método económico y amigable con el medioambiente que utilizan en Grecia para mantener frescas las casas
El verano en Grecia puede ser extremadamente caluroso, con temperaturas que superan los 35°C en diversas regiones. Sin embargo, en este país mediterráneo existe un truco tradicional para mantener las casas frescas sin necesidad de recurrir a aire acondicionado o costosos ventiladores. Lo sorprendente es que este método utiliza un material económico, accesible y sin requerir tecnología avanzada: la cal.
La cal, un compuesto mineral utilizado en la construcción desde hace siglos, posee propiedades únicas que la convierten en un aliado ideal contra el calor. En Grecia, muchas casas tradicionales están recubiertas con pintura a base de cal, especialmente en sus fachadas exteriores. Esta pintura refleja gran parte de la radiación solar, ayudando a mantener las paredes exteriores más frescas. Además, la cal actúa como un aislante térmico, evitando que el calor se infiltre en el interior de la vivienda.
Además de la pintura a base de cal, las casas griegas están diseñadas para aprovechar al máximo la ventilación natural y la sombra. Muchas viviendas tradicionales cuentan con paredes gruesas, techos altos y ventanas pequeñas, lo que ayuda a mantener las temperaturas interiores agradables. A esto se le añade el uso de patios interiores y jardines con vegetación, que proporcionan sombra y frescor. El diseño arquitectónico, combinado con la pintura de cal, garantiza que el calor no se acumule en el interior de las viviendas.
El uso de la cal como material refrescante no es algo nuevo en Grecia. De hecho, es una tradición que se transmitió de generación en generación. Con el paso de los años, los griegos perfeccionaron esta técnica de aislamiento térmico, y hoy en día sigue siendo una de las soluciones más efectivas y sostenibles para enfrentar el intenso calor de los veranos mediterráneos.