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Trump sacude el agro global: “Una guerra comercial así termina afectando a todos”

La política comercial de Donald Trump vuelve a golpear con fuerza al mercado agrícola. La reciente suba de aranceles del 34% a productos chinos, como parte de una estrategia para equilibrar la balanza comercial, generó un impacto inmediato en los precios internacionales de la soja, el petróleo y los granos en general.

“Más allá del impacto con los socios comerciales de EE.UU., lo cierto es que una guerra comercial así termina afectando a todas las economías negativamente”, señaló Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. Según el especialista, la medida ya tuvo consecuencias visibles en el mercado: “Cayó Chicago, pero las primas mejoraron, y localmente no vimos grandes cambios”.

En el caso de la soja, la respuesta de China fue aplicar un arancel similar al estadounidense. Sin embargo, el momento del año y la estrategia de aprovisionamiento del gigante asiático moderaron el impacto: “China ya se había abastecido bien y ahora es temporada de compras en Brasil, por lo que el golpe se sintió menos. Eso sí: sino hay acuerdo antes de septiembre, las consecuencias pueden ampliarse», advirtió Romano. Mientras tanto, Brasil y Argentina aparecen como ganadores: la soja en Chicago perdió casi 20 US$/tn desde marzo, pero en Argentina la baja fue de solo 2 US$/tn.

Por otro lado, el reciente reporte de intención de siembra en EE.UU. mostró un fuerte aumento en el área destinada al maíz, en detrimento de soja y trigo. Esto generó reacciones rápidas en los fondos especulativos: “Estuvieron vendiendo fuerte maíz; en soja también, aunque de forma más prudente”, explicó Romano. A esto se suma un contexto de firme demanda de aceites vegetales, impulsada por el crecimiento del biodiesel en EE.UU. e India, que mantiene el sostén de precios en el complejo sojero.

Argentina: buena demanda, pero alerta por logística y ventas lentas

A nivel local, Argentina muestra una cosecha muy activa, pero con desafíos logísticos y financieros. “Hay mucha soja sin vender -incluso un 10% que quedó del año pasado- y solo el 6% se vendió a precio cerrado. En maíz pasa algo similar. El productor enfrenta problemas de espacio para almacenar y desconfía de vender en un contexto de alta volatilidad cambiaria”, indicó Romano. Esta situación se traduce en retención de mercadería y un mercado que podría tensionarse más en las próximas semanas.

Las fábricas, por su parte, cuentan con buenos márgenes -30 US$/tn brutos- y se espera que puedan pagar más para asegurarse granos, aunque todavía tienen poca mercadería comprada. “Los compradores creen que, por la necesidad del productor, podrían llegar a márgenes de hasta 50 US$/tn. Técnicamente tienen cómo hacerlo”, comentó el investigador.

En trigo, los embarques desde Argentina vienen siendo bajos pese a una buena producción. Mientras tanto, el foco del mercado pasa a la nueva campaña: el Mar Negro muestra una salida del invierno mejor a la esperada, y China e India se perfilan con buenas cosechas.“A Argentina le cuesta colocar trigo afuera, los embarques hasta marzo incluidos fueron bajos para un año de buena producción, y la situación para colocar el saldo exportable se ve cada vez más compleja”, concluyó Romano.